Lacalle Pou terminó la noche como su esposa le sugirió

¿Vamos a disfrutar este momento?, le dijo Lorena Ponce De León a Luis Lacalle Pou. Él le hizo caso y terminó con la camisa afuera, entre los militantes, con abrazos de triunfador.

Actualizado: 28 de octubre de 2019 —  Por: Emiliano Zecca

Lacalle Pou terminó la noche como su esposa le sugirió

Foto: Javier Calvelo / adhocFOTOS (Todos los derechos reservados)

“Vamos a esperar los resultados con confianza y sin triunfalismo”, le dijo a No Toquen Nada Álvaro Garcé, uno de los hombres cercanos a Luis Lacalle Pou. Esa fue la lección que aprendieron en 2014, cuando pensaban que iban a ganar y no podían disimularlo. Sin embargo, perdieron con el Frente Amplio de manera implícita en primera vuelta y de ahí en más la noche -y el resto de la elección hasta la segunda vuelta- fue un padecimiento.

Pero todo eso quedó atrás anoche, cuando escucharon las primeras proyecciones de este 2019. La alegría fue incontenible. Desde las ocho y media a las nueve hubo abrazos de triunfo, gritos y una euforia que los atravesó a todos, desde militantes hasta la fórmula presidencial.

Después vino un intento por contener el ánimo y escuchar el discurso del frenteamplista Daniel Martínez, primero, y luego de recibir los apoyos del colorado Ernesto Talvi y del candidato de Cabildo Abierto, Guido Manini Ríos. Luego sí, ya no había que esperar más. Era el momento de dar el discurso con tono presidencial. Había pasado una hora y media desde esa primera proyección.

Primero bajaron todos los legisladores y técnicos, incluido Jorge Larrañaga que llegó al lugar sobre el final. Todos se ubicaron abajo del escenario. Los últimos en salir fueron Lacalle Pou y Beatriz Argimón junto a sus parejas. El candidato blanco ya se había puesto de nuevo el saco que había dejado en medio de la euforia inicial.

Antes de que se subiera al escenario, el legislador Gustavo Penadés, que fue jefe de campaña de su padre en las elecciones de 2009, lo abrazó, lo sostuvo un rato y le dijo: “183 años de historia te están mirando”.

A esa hora, entre los militantes flameaban también banderas de Cabildo Abierto y el Partido Colorado. Lacalle hizo su discurso desde el escenario, pero el espacio era chico. Eso le permitió saludar a la gente y sonreírle mirándolo a los ojos. También escuchó y respondió cuando le dijeron “gracias, Luis”.

Su discurso terminó, pero la locura no. Lorena Ponce De León, su esposa, fue la mujer que lo sostuvo en 2014 después de la sensación de derrota que les dejó la primera vuelta. Lacalle Pou lo contó en su biografía. Él ya no tenía fuerzas para seguir y ella lo mantuvo en pie. “Yo soy de las personas a las que les gusta ver el medio vaso lleno, me gusta ver la construcción de las cosas y de lo malo siempre trato de sacar algo bueno”, le dijo a No Toquen Nada en la noche de ayer, en pleno festejo después del discurso.

“Lo único que le sugerí fue: disfrutá este momento. En esta vida tan loca, que uno tiene que estar todo el tiempo pensando en lo que va a hacer mañana, nos olvidamos todo el tiempo de vivir el presente. Entonces, ahora que tuvimos un porcentaje importante para llegar a la meta final, le dije ¿vamos a disfrutar este momento?”, contó.

Lacalle Pou le hizo caso. Se bajó del escenario y se trepó al vallado. Se abrazó con los militantes, se sacó fotos, firmó libros o al menos lo intentó con unos garabatos. Incluso estuvo con militantes colorados de la lista 15, que le dijeron que su padre los apoyó y ahora estaban ahí para apoyarlo a él.

Recorrer el trayecto de 20 metros que separaba al escenario de la puerta del edificio de Todos le llevó 45 minutos. Entró con la camisa afuera, le alcanzaron un vaso con agua y después firmó su último autógrafo a las 23:48. “Estoy muerto, no puedo más, no voy a hablar”, dijo a los tres periodistas que quedaban. Tal vez se quería cuidar de no hacer una declaración inoportuna, pero su aspecto y su voz hacían creíble el argumento. Estaba cansado de festejar.