Roy Berocay: “no es mi trabajo pasar mensajes ni enseñarle a los niños”

El escritor Roy Berocay está festejando los 30 años de su creación más célebre: el Sapo Ruperto. En No toquen nada habló de cómo encara esta tarea que lo ha convertido en el principal autor de literatura infantil del país.

Actualizado: 10 de noviembre de 2019 —  Por: Redacción 180

Roy Berocay: “no es mi trabajo pasar mensajes ni enseñarle a los niños”

Roy Berocay y los 30 años del Sapo Ruperto (DelSoI)

El Sapo Ruperto celebra 30 años de la publicación de sus primeras aventuras. El festejo incluye una reedición de aquel libro, con una carta actual del Sapo, un juego de memoria y una trivia sobre el personaje más importante de la literatura infantil uruguaya.

Berocay dijo en No toquen nada que uno de factores que rige su tarea es huir del “didactismo” y de decirle a los niños lo que tienen que pensar o hacer.

“Hay una cosa que se da mucho en las producciones para niños, también en la música, en el teatro, que es la cuestión del didactismo. Si vos hacés algo para niños es para enseñarles algo”, reflexionó. Sin embargo, él siempre buscó otra cosa. “El niño tiene el mismo derecho que cualquiera de que se hagan cosas para él desde un punto de vista artístico o de diversión”, afirmó.

Que el niño quiera leer un libro ya de por sí es didáctico, según el escritor. “No hay nada más didáctico que un niño que sienta que leer un libro es divertido”, dijo.

Además reclamó que si algo va a ser didactico debe ser explìcito.

“Si no lo explicitás, estás engañando al niño. Si decís ‘Aventuras en el baño de la casa’ y estás enseñando a lavarse los dientes, le estás mintiendo. Ponele ‘Lavémonos los dientes’”, bromeó.

Berocay escribe “sin pensar” o al menos más rápido de lo que piensa. Entonces, la experiencia se parece mucho a prender la tele y ver una película, comparó.

“Te salen cosas que no sabés por qué las escribiste. Ahí tenés que parar y pensar por qué pusiste lo que te salió, porque te salió de algún lado. Cuando escribo es como si prendiera la tele y viera una película. Veo los personajes, no veo palabras. Y de pronto tengo la idea de que capaz el personaje tal va a ser tal cosa llegado determinado momento y cuando llega ese momento, hace una cosa totalmente diferente. Me sorprendo y sigo para ver adónde va”, afirmó.

Otro de los principios de Berocay en su faceta de escritor es que sus historias o personajes no marquen un modo de pensar y de hacer a los niños. “Siempre estuve en contra de bajar línea”, sentenció en No toquen nada.

“Contrariamente a lo que mucha gente me comenta en Facebook yo trato de no decirle lo que tienen que pensar a los niños sino darle elementos para que ellos piensen sus propias cosas. No es mi trabajo pasarles mensajes o enseñarles cosas. Ese es el trabajo de los padres y los docentes. Yo quiero que la historia sea lo mejor que pueda, lo más divertida posible”, afirmó.