Argentina “tiene la voluntad de pagar pero carece de capacidad de hacerlo”

El nuevo presidente de Argentina, Alberto Fernández, aseveró este martes en su discurso de investidura que su Gobierno tiene la "voluntad" de pagar la "insostenible" deuda pública que deja la gestión de su antecesor, Mauricio Macri, pero afirmó que "carece de capacidad de hacerlo".

Actualizado: 10 de diciembre de 2019 —  Por: Redacción 180

Argentina “tiene la voluntad de pagar pero carece de capacidad de hacerlo”

Alberto Fernández asumió como presidente en Argentina (EFE)

"No hay pagos de deuda que se puedan sostener si el país no crece. Tan simple como esto. Para poder pagar hay que crecer primero", sentenció ante las autoridades del Estado y mandatarios extranjeros que asistieron a la ceremonia de su asunción en el Congreso, en Buenos Aires.

Fernández aseguró que buscará una "relación constructiva y cooperativa" con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que en 2018 aprobó para Argentina un préstamo de 56.300 millones de dólares, y el resto de acreedores, y lamentó que recibe un país "frágil" y "postrado".

"Resolver el problema de una deuda insostenible no es una cuestión de ganarle una disputa a nadie. El país tiene la voluntad de pagar pero carece de capacidad de hacerlo", reconoció.

Para el nuevo jefe de Estado, el gobierno saliente tomó "una inmensa deuda sin generar más producción para obtener los dólares para pagarla" y los acreedores tomaron riesgo en invertir en un modelo que "ha fracasado" en todo el mundo.

"El Gobierno que acaba de terminar su mandato ha dejado al país en una situación de virtual default (cese de pagos)", consideró, y recordó que esta situación le recuerda al "laberinto" con el que se encontró el país en 2003, cuando asumió como jefe de Gabinete de Néstor Kirchner (2003-2007) y en un momento en el que el país luchaba por salir de la grave crisis del "corralito" de 2001.

Según datos del Gobierno saliente, Argentina acumula una deuda pública total de 314.315 millones de dólares -frente a los 240.000 millones de finales de 2015-, de los que casi 44.000 corresponden al préstamo de 56.300 millones del FMI.

"La nación esta endeudada", sentenció, para reprochar que el país ha sido "rehén" de los mercados financieros internacionales, y es necesario "sortear ese escenario".

Para poner Argentina "de pie", añadió que hay que hacerlo con un "proyecto propio" y no con "recetas que siempre han fracasado", y reiteró que habrá incentivos "para producir y no para especular".

"Va a llevar algún tiempo lograr lo que todos queremos", afirmó.

En su largo discurso, Fernández criticó la alta inflación, que supera el 50 % interanual, el deterioro industrial y de las pequeñas y medianas empresas y que la tasa de desocupación sea la más alta desde 2006, así como la abrupta devaluación del peso en cuatro años y que se haya retrocedido "más de 10 años" en la lucha contra la pobreza.

"La Argentina no para de achicar su economía", indicó. 

"Unidad de todos la Argentina"

Alberto Fernández recalcó que llega al poder para "convocar a la unidad de toda la Argentina" en pro del bienestar de toda la población, en especial de los más postergados, en medio de la grave crisis económica que arrastra el país desde 2018.

"Vengo a convocar a la unidad de toda la Argentina, en pos de la construcción de un nuevo contrato ciudadano social que sea fraterno y solidario", dijo el líder peronista ante las autoridades del Estado congregadas en la sesión del Congreso en la que tuvo lugar su jura del cargo y la de la vicepresidenta, Cristina Fernández.

Fernández, que sucede en el cargo a Mauricio Macri, deberá enfrentar un complicado escenario económico marcado por la elevada deuda pública, una frágil moneda nacional, la subida constante de los precios y la escalada del desempleo y los niveles de pobreza.

Para el nuevo mandatario, la fraternidad es necesaria porque "ha llegado la hora de abrazar al diferente", y la solidaridad porque en esa "emergencia social" en la que asegura está el país "es tiempo de comenzar por los últimos para llegar a todos".

"Los vengo a convocar sin distinciones a poner a Argentina de pie para que comience a caminar paso tras paso con dignidad con justicia social", subrayó, convencido de la necesidad de recuperar un conjunto de equilibrios sociales, económicos y productivos que ahora no hay.

Llamó también a abandonar el "aturdimiento" y ser conscientes de las "profundas heridas" que sufre el país y cerrar la llamada "grieta" para que no sigan sangrando.

"No cuenten conmigo para seguir transitando el camino del desencuentro", aseveró y anunció que impulsará la creación de un Consejo Económico y Social para el Desarrollo "para consensuar un conjunto de políticas de Estado para las próximas décadas".

Para enfrentar los efectos sociales de la crisis -en el primer semestre del año la pobreza afectó al 35,4 % de la población- Fernández desveló que se celebrará una reunión de trabajo por el Plan de Argentina Contra el Hambre, que estará integrada por miembros de su gabinete y de la sociedad civil, una acción para poner "fin a este presente penoso".

Entre otras medidas, el presidente anunció que rechazará el debate del presupuesto estatal para 2020 enviado al Congreso por el Gobierno saliente, convencido de que sus números "no reflejan la realidad de la economía, ni las realidades sociales ni los compromisos de deuda".

"Un presupuesto adecuado solo puede ser proyectado una vez que la instancia de negociación de la deuda haya sido completa y hayamos podido poner en práctica un conjunto de medidas para compensar la crisis", añadió.

Noticias relacionadas