Este lunes volvieron las clases presenciales en buena parte de las escuelas y liceos del país. La ronda de No toquen nada debatió sobre la necesidad de recuperar e incrementar la presencialidad en la educación.
Gabriela Sarasua es integrante de la Mesa coordinadora de Familias organizadas de la escuela pública. Ella destacó que “la escuela no solamente es un lugar de aprendizaje sino también de socialización y también es parte del sistema de cuidados de las familias. Cuando la escuela cierra colapsa el sistema de cuidados familiar y en eso colapsan las mujeres trabajadoras”, afirmó respecto a la experiencia vivida el año pasado con fuerte restricción en la presencialidad escolar.
“Con miras el 8 de marzo creo que también hay que atender esta realidad que para las familias es muy seria”, agregó Sarasua.
El profesor Pablo Cayota, director del Programa Educación del CLAEH y del Instituto de Educación Santa Elena, consideró por su parte que “las escuelas deben ser lo último en cerrarse y lo primero en abrirse”.
“El daño de escuelas cerradas, de la ausencia de maestras presenciales en realación a sus niños está comprobado. Genera problemas emocionales, sociales, cognitivos, aumenta la brecha de inequidad. Lo ha comprobado al Unicef en el mundo, habla de una catástrofe educativa”, afirmó.
Cayota destacó que para enfrentar la pandemia lo mejor es que las esueclas estén abiertas. Y en ese sentido “abrió un paraguas” al recordar que el número de casos positivos de covid-19 en Uruguay vienen en aumento antes de este lunes que marca la vuelta a clases.
“Lo que tenemos que hacer es aprender a convivir con este virus. El virus va a seguir circulando este año, el que viene y los subsiguientes. No podemos pensar un modelo en el que la escuela se cierra hasta que el virus desaparezca porque eso no va a suceder. Tenemos que aprender a convivir con él”, afirmó.
En el mismo sentido, el pediatra intensivista Sebastián González-Dambrauskas llamó a “deconstruir el relato que se construyó de que el niño era poco más que un vector biológico y un riesgo. Y también respecto a los adolescentes. El estigma de que eran 'asesinos de abuelos'”.
“Eso también es protección a la infancia, tratar de destrozar ese relato de que los niños y las escuelas son un riesgo. Cuando decimos que las escuelas son lo último que tiene que cerrar, eso significa que las escuelas deberían cerrarse, por lo que dice la ciencia, cuando hay una situación sanitaria gravísima al punto del colapso o un sistema que ya colapsó. Cerró todo, estamos todos en casa y ahí cierran las escuelas”, afirmó.
