¿Cómo fue tu primera experiencia como director de cine?
La verdad que soy un buen espectador de cine, conozco mucho cine y me encanta. Tengo un buen conocimiento de ser un buen espectador pero nunca en mi vida creí que iba a dirigir una película.
Dirigir el documental surgió así como apareció esto de “Mundo Alas”, de estar en movimiento. Yo nunca pensé que iba a trabajar con artistas con discapacidades. Surgió a partir de que los chicos quisieron subir al escenario a mostrar esto que ellos hacían y yo les ofrecí mi escenario para que lo hagan.
¿Cómo pasaron de esa experiencia a la película?
Un día los junté a todos en la casa de gobierno e hicimos un recital que se llamó “un salón blanco diferente”. Eso lo filmó canal 7 y pensé que iba a quedar en un programa de televisión pero Jorge Alvarez, que entonces era el presidente del Incaa (el instituto de cinematografía argentino), lo vio y me dijo que le parecía un trabajo tan espectacular que querían invertir en eso.
Le dije de salir de gira, filmar la gira y hacer una road movie. A partir de ahí se prendió canal Encuentro, el canal cultural del gobierno. El director del canal me dijo: “con lo que te sobre de la película quiero que me elabores un capítulo por cada uno de los artistas y lo pasamos. Eso tuvo un éxito rotundo.
Pero el proyecto no termina allí
Después hicimos la película, después salió el libro “Cuento con alas” con reportajes a cada uno de los chicos para que la gente los conozca, por qué de su discapacidad, cómo me conocieron a mí, cuándo subieron por primera vez a un escenario mío.
Ese libro se repartió en todos los colegios del país y en 2010 Cultura de la Nación va a comprar una cantidad de películas para mandarlas a los colegios porque ayuda a trabajar en contra de la discriminación.
¿Por qué dirigiste tu la película?
Yo quise dirigirla porque no me bancaba entregarle todo el material a un director y que el tipo quiera dar golpes bajos. Me dio miedo a que de pronto haya una escena y que él se la perdió porque no la filmó, y diga “hagámosla otra vez”. Eso no va a existir acá, si te la perdiste, te la perdiste.
Esto no es cine, esto es un documental. Acá, si estás con la máquina, si te perdiste una escena maravillosa, bueno, embromate porque no trajiste la cámara.
No repetimos nada, no hubo golpes bajos. Es un roadmovie que dio como resultado muchas cosas increíbles que hablan de espiritualidad, de amor, de música.
¿Cómo es el estreno en Montevideo?
Vamos a Montevideo a estrenar la película el 9 y a tocar con Mundo Alas el 10. A nosotros nos sirve ir a tocar con Mundo Alas para mover mucha prensa y que se vea la película.
Cuando estás en el escenario con estos jóvenes, ¿dejás de ser el centro de atención?
Cuando yo toco con ellos, dejo de ser León Gieco, soy uno más. Incluso en la película, está muy claro. Aparezco con una presencia de un 90% porque tengo, de una forma y otra, que reclutar a todos los artistas para salir de gira, pero después tengo una presencia del 5%. Después, ellos copan totalmente porque tienen una voluntad increíble. Además, terminan demostrando que la vida puede ser feliz así como son ellos y que el arte es muy importante para la discapacidad.
¿Debería haber políticas de Estado para acercar el arte a estos niños y jóvenes?
Los gobiernos y las ONG deberían trabajar creando escuelas para chicos discapacitados donde puedan realizar pintura, baile, poesía, lectura...
¿Cómo se vincula este especial potencial artístico con el tiempo de espera que tienen los discapacitados como forma de vivir la vida?
El tiempo de espera que tienen los discapacitados te hace bajar cuatro cambios por lo menos. Vos tenés ganas de ir al baño, te levantás y vas. Tenés ganas de comer, te levantás y abrís la heladera. Tenés ganas de bajar a fumar un cigarrillo y lo hacés.
Ellos no son así. Ellos para ir al baño a lo mejor tienen que esperar que los lleven. Para comer le pueden tener que dar en la boca como le pasa a Pancho que no tiene piernas ni brazos. Pero por otra parte se desarrolla y Pancho ya tiene tres discos grabados. Y ha compartido las canciones maravillosas que compone con La Renga, la Bersuit, Los Tipitos, Diego Torres, Charly García… Pero en la movilidad de ellos es donde tenés que bajar cuatro cambios.
¿Cómo afecta entonces esa “espera”?
Esa espera que tienen para conseguir las cosas creo que no es en vano. A mí me da la sensación que esa espera se transforma en espiritualidad y en bondad. Yo no conozco un chico discapacitado que sea malo, que salga a robar, que sea mal educado… y cuando vos les mostrás algo de arte es como que salen muy creativos.
Un ejemplo es el de Antonella…
Antonella pinta con los pies porque no tiene brazos. Ella ganó un premio muy importante en Cannes porque ella dibujó al jugador de fútbol Tevez, lo mandó a Cannes y Adidas eligió esa pintura para hacer su publicidad y ganó mucho dinero.
De todas formas, como sociedad, los discapacitados siguen aislados. ¿Es ignorancia, es miedo?
La discriminación es ignorancia, miedo y falta de educación justamente. El ser humano discrimina permanentemente sin quererlo y a veces queriéndolo. Hitler a la gente discapacitada la mandaba matar porque decía que no eran completos y Hitler era un ser humano, no era un monstruo, era un ser humano como todos nosotros. Así que todos tenemos alguito de Hitler adentro y discriminamos. Tan es así que las ciudades y los pueblos no están preparados para la discapacidad.
En la película no tuvimos tiempo de denunciar las imposibilidades que tienen las ciudades respecto de la discapacidad porque copó el amor, la música… pero cuando vamos por ahí a todos los teatros y todos los lugares donde vamos, nunca está preparado, ni siquiera para un chico con silla de ruedas.
Es un común denominador en todo Latinoamérica
Claro, exactamente. En Europa las leyes se respetan. Hay leyes por las que desde hace como 20 años todos los edificios que hagas tienen que tener una salida o entrada para discapacitados, como las puertas corredizas en los baños para que un discapacitado pueda entrar con silla de ruedas. Todo eso es ley.
Acá también existe la ley, pero no se hace, porque acá no respetamos nunca nada. Somos un pueblo el latinoamericano bastante deficiente con respecto a eso.
No es casual que vengan a Uruguay en el aniversario por los derechos humanos. Tus letras tienen un contenido político e ideológico marcado.
Nosotros somos muy contratados por los eventos que se hacen por los derechos humanos porque trabajamos para eso. Mis letras hablan de eso, hablan de que hay que meter presos a todos los genocidas que han torturado en Latinoamérica y hablan del amor. Yo trabajo para Madres de Plaza de Mayo y para Abuelas y para Hijos de Desaparecidos…
Trabajo en contra de la discriminación en mis letras y en la vida real. Así como trabajo con los discapacitados en contra de la discriminación, también trabajo con las meretrices que están sindicadas en la CTA en Buenos Aires, para ayudar a que las otras meretrices se sindiquen para que tengan la obra social y que puedan ser curadas en el hospital.
¿Qué impacto tuvo en Argentina el resultado negativo de la anulación de la Ley de Caducidad, que es la equivalente a las leyes de punto final y de indulto en Argentina?
Somos lo mismo. Cómo no va a tener trascendencia si los argentinos adoran Uruguay y todo el mundo está al tanto de lo que pasa en Uruguay. Pero claro, la derecha piensa una cosa y está verde porque ganó Mujica y nosotros estamos muy contentos que ganó Mujica. Cada uno piensa respecto de su ideología.
Has hablado mucho sobre la violencia en los medios de comunicación ¿Es una preocupación?
Los medios descubrieron que es un gran negocio mostrar la violencia que existe. No hay con qué pararlo. Acá todos los canales que tienen 24 horas de noticias, reparten su teléfono para que cuando hay un accidente, una muerte o algo, la televisión vaya.
Entonces la gente cree que toda la Argentina es eso y no. Mostramos la juventud matándose en un boliche, y está bien, eso existe pero ¿alguna vez mostraste los médicos anónimos que se toman el tren en Buenos Aires y se van hasta Misiones a curar a los indígenas? No. ¿Mostraste alguna vez los médicos sin fronteras? No. ¿Mostraste alguna vez la cantidad de chicos que trabajan en la universidad? No. ¿Mostraste alguna vez la cantidad de colegios que se hacen todos los días? No.
Yo quiero retrucar eso porque también sería bueno que se informe sobre las cosas positivas.
Yo no he visto esas cosas trágicas –que pasan- en los canales de España o en los canales de París. Y también pasan cosas problemáticas y trágicas. Acá hay voluntad de mostrar una cabeza pisada y destrozada.
¿Esta visión de Argentina violenta está generalizada?
Un día llegué a mi casa en el campo y mi mamá estaba dura mirando Crónica TV mirando todos los asesinatos que había. Y me miró y me dijo: “cómo… no te mataron todavía?” “No, mami, no me mataron, porque así como matan a 3 o 4 por día y se arma el tole tole ese, hay 15 o 20 millones de personas en Buenos Aires que se levantan para ir a laburar y nadie comenta eso.
¿Qué referencias tenés de la televisión uruguaya?
Yo cada vez que voy a Uruguay veo el canal Tevé Ciudad, no veo otra cosa. O veo a Omar (Gutiérrez). Yo lo respeto mucho y un día me dio una sorpresa cuando me invitó al programa y estaban Eduardo Galeano, Mario Benedetti, Rada y Viglietti. Es una de las cosas más grandes que me ha pasado en la vida. Es contagiarse un poquitito de esa cosa planetaria que tiene estos tipos.
Decías que estabas contento con el resultado electoral en Uruguay. ¿Cómo ves a Mujica en el concierto regional?
Con mis amigos y toda la gente que yo conozco estamos muy contentos que haya ganado Mujica porque dentro de todo este movimiento latinoamericano más o menos tirando un poco al socialismo, con gobiernos un poco más sensibles que los que tuvimos siempre de derecha, Uruguay siguió estando a tono de lo que pasa en Latinoamérica.
Hubiese sido muy difícil para todos si en Uruguay hubiese ganado la derecha y va a ser muy difícil si gana la derecha en Chile. Ya tenemos un par de países de derecha que son Colombia y Perú (más o menos) y lo demás más o menos funciona, que también tienen sus deficiencias, pero por lo menos tenemos la oportunidad de tener un Evo Morales que trabaja por el bronce.
¿Y Mujica?
Eso le deseo a Mujica, que sea un tipo que trabaje por el bronce y que el día de mañana deje de gobernar y le pongan una estatua en la mejor plaza. Eso quiere decir que es ha sido un buen gobernante.