"Es un plan que estamos haciendo pensando en todos aquellos que viven de vender entradas (...) sobre todo en salas chicas", dijo el ministro de Educación y Cultura, Pablo da Silveira, a los periodistas en la puerta del Auditorio Nacional Adela Reta.
Alrededor de 100 espectadores especialmente invitados arribaron al teatro para ver el espectáculo "Workshop Coreográfico 2021", a cargo del Ballet Nacional.
Una vez en el lobby, todos debieron realizarse un test de antígenos y aguardar el resultado para poder ingresar a la sala, con capacidad para 280 personas.
Según se indicó previamente, si bien los test de antígenos pueden brindar "falsos negativos" de covid-19, en tal caso lo más probable es que la persona tenga una carga viral menor y por ende las posibilidades de que contagie sean bajas.
Asimismo, el público debía mantener la mascarilla puesta en todo momento.
"Estamos utilizando un método que se utiliza en muchos países de Europa. Y lo que estamos haciendo es probarlo en Uruguay para que no haya que esperar a que la pandemia haya terminado para poder abrir las salas", dijo Da Silveira.
El ministro argumentó que el sistema de aforos, que pone límites a la cantidad de personas que pueden entrar a una sala, "castiga especialmente a las salas chicas".
Esta prueba piloto despertó reparos en varios sectores porque el país vive el peor momento de la pandemia. Mayo fue el mes con más decesos por covid-19, unos 1.660 sobre un total de 4.583 desde que comenzó la emergencia sanitaria, en marzo de 2020, y también el de mayor número de contagios.
Legisladores del Frente Amplio, que fueron invitados al evento, rechazaron participar en él argumentando que "no están dadas las garantías".