Redes sociales: el problema de la autorregulación y de asimilarlas al espacio público

La politóloga Victoria Gadea y la abogada especializada en tecnologías de la información y privacidad Bárbara Muracciole analizaron la censura en las redes sociales cuando las empresas deciden silenciar a presidentes, científicos o grupos de la sociedad civil.

Actualizado: 16 de junio de 2021 —  Por: Redacción 180

Redes sociales: el problema de la autorregulación y de asimilarlas al espacio público

AFP

Gadea y Muracciole analizaron en No toquen nada los ejemplos de censura o cancelación que se han dado en los últimos meses en distintas redes sociales. Entre ellos, citaron la decisión de cancelar la publicidad política en Twitter a partir de la presión de anunciantes y ciudadanos; la censura a Donald Trump, la decisión de Facebook de censurar la “desinformación” que decía que el covid salió de un laboratorio y que luego tuvo que rever, la invisibilización del hashtag que promovía la renuncia del primer ministro indio o el bloqueo de Twitter establecido por el gobierno nigeriano.

Muracciole dijo que el principal punto está en definir qué tipo de servicio están prestando estas grandes compañías.

“El punto está en qué servicio están prestando, qué es lo que están ofreciendo y qué son realmente. Tenemos que definir qué son. La indefinición lo que hace es que no se le aplique ninguna regulación específica. ¿Son un medio? Cuando brindan este espacio, ¿lo brindan desde su calidad de un medio de comunicación tradicional?”, preguntó la abogada.

El argumento de “no somos nada” les queda cómodo a las redes, dijo, porque “justamente al no definirlas como algo concreto siguen en esa autorregulan. Es la situación ideal para cualquier empresa: yo impongo las reglas como más me conviene”, cuestionó.

La especialista en derecho de las tecnologías de la información recomendó que no se hable de “principios” en esta polémica. “Hablaría de un conjunto de reglas privadas, emanadas de empresas privadas que se autorregulan. Y creo que ese es un punto clave en todo esto. Esa autorregulación que les permite modificar las reglas de juego a su antojo y arbitrio”, afirmó.

Para ella es importante que se enmarque la discusión en que no se habla de espacios públicos, en no confundir a las redes sociales con las antiguas plazas públicas.

“Estamos hablando de espacios privados en los que se desarrolla o se despliega muchas veces un discurso público. Pero el espacio es privado. Generalmente uno encuentra que se habla de estas redes como las antiguas plazas públicas. Ahí vemos la confusión que han generado y cómo han quedado en esa desregulación y se apropian de esta posibilidad de regular su desempeño”, señaló.

Por su parte, la politóloga Victoria Gadea llamó la atención en las diferencias que hay entre cómo se genera el contenido  y cómo se construye el mensaje en redes sociales a diferencia de lo que sucede en los medios tradicionales.

“La forma en que se genera el contenido es completamente distinta a la de un medio. Acá todos tenemos la posibilidad de tener una cuenta y emitir un mensaje que a partir de los distintos algoritmos, se verá más o menos. Esa es toda otra discusión, porque es otra forma de regular, que tiene que ver con qué contenido tiene más exposición y cuál no”, afirmó.