En ese momento se dijo que la muerte se produjo por una infección bacteriana que había originado una peritonitis aguda. Pero las pruebas periciales indican que su muerte se debió a "la introducción paulatina de sustancias tóxicas no convencionales y por la aplicación de un producto farmacológico no autorizado".
Por este caso, Madrid procesó como presuntos autores del homicidio al médico Patricio Silva Garín que dirigió la operación y había sido subsecretario de Salud durante el gobierno de Frei; al ex agente Raúl Lillo y a un empleado de la víctima reclutado por la policía secreta.
Otro médico fue procesado como cómplice y dos patólogos que hicieron una autopsia al cadáver, como encubridores.