Rescates en Bagdad, cuando el horror es normal

Los equipos de rescate de Bagdad, al llegar el martes al lugar de un atentado perpetrado contra un tribunal de la capital, se encontraron con un panorama desolador que conocen de sobra: restos en llamas, muros destruidos y cadáveres sin fin.

Actualizado: 09 de diciembre de 2009 —  Por: AFP

Rescates en Bagdad, cuando el horror es normal

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"He visto muchos atentados como este antes", señaló el sargento de policía Emad Fadhil, mientas que unos gigantescos vehículos recogían los montículos de escombros en el lugar del ataque.

"En este sentido, soy un hombre mayor", añadió el treintañero, forzando una sonrisa triste.

El policía explicó que cuando llegó al lugar, unos 10 minutos después de la explosión del martes por la mañana, el fuego avanzaba y varias paredes de hormigón se habían colapsado.

"Las paredes se cayeron sobre un coche, en el que se quedaron atrapadas varias personas", dijo.

Mientras que hablaba, los bomberos que se encontraban detrás de él gritaron de repente que habían encontrado otro cuerpo, el de una de las 127 personas muertas en la oleada de cinco ataques casi simultáneos en varios barrios de la capital iraquí.

"Supongo que habrá otras cinco o seis personas atrapadas bajo los escombros", dijo Fadhil.

Cerca de ahí, el paramédico Abu Abdul señaló que la caída de hormigón provocada por la explosión había matado a varias personas en el tribunal.

"Cuando llegué ahí, había un gran fuego y mucho humo, los coches estaban totalmente destrozados", dijo el hombre. "Empezamos a ocuparnos de los heridos en seguida, muchas de las heridas eran muy serias".

"¿Los muertos? Están muertos. No podemos ayudarles", añadió mientras esperaba junto a unos bomberos que, exhaustos, fumaban un cigarillo sentados al borde de la carretera.

El atentado en el tribunal destrozó una gran parte del edificio. Restos de los coches destrozados, algunos de los cuales habían volcado, se alineaban en la calle de enfrente. Varios vehículos en el aparcamiento estaban aplastados por otras paredes derrumbadas.

Los atentados del martes se produjeron tras un mes de relativa calma en la capital iraquí. Varias mujeres y estudiantes murieron y cientos de personas resultaron heridas en esta tercera ola de ataques que azota la ciudad desde agosto.

La repetición de los atentados y el caos habitual en Bagdad desde la invasión liderada en 2003 por Estados Unidos que derrocó a Saddam Hussein hace que sean pocos los trabajadores de los servicios de emergencia en el tribunal perturbados por el ataque.

"He visto ataques como estos en los últimos años", dijo Bashar Yaseen, un bombero que se encontraba el lugar.

"Es normal. Este no ha sido tan malo, desde luego no tan malo como el atentado del ministerio de justicia", añadió, refiriéndose a uno de los atentados masivos que sacudieron oficinas gubernamentales en Bagdad el pasado 25 de octubre.

"Me acuerdo que cuando empecé, tenía miedo. Había habido un atentado en la mezquita Buratha de Kadhimiyah (en el norte de Bagdad). Después, me senté y lloré".

"Pero después de tres o cuatro explosiones más, se convirtió en algo normal", sentenció.