Desde hace 5 años, la marca trabaja junto a PM Afters, un ciclo de fiestas itinerantes LGBTQ+ que promueven la libertad, diversidad y sustentabilidad. En la edición de Junio, conmemorando el mes de la diversidad, Absolut lanza la consigna Pinkie Pride, que continuará llevando adelante este año a través de sus redes sociales y de sus embajadores de marca.

El gesto de levantar el dedo meñique al beber sigue siendo causa de comentarios discriminatorios y, por tal razón, Absolut Vodka toma esta actitud extendida para utilizarla como estandarte contra todos los comentarios prejuiciosos que se siguen dando en nuestra sociedad.

La campaña pretende seguir visibilizando y dándole voz a aquellos colectivos que necesitan ser escuchados, basándose en principios como la igualdad de género, el derecho a amar a quien queramos y la libertad de expresión, pilares que forman parte del ADN de la marca.

Celebrar la diversidad ha sido parte del espíritu de la marca desde sus orígenes. De hecho, apoya la causa LGBTQI+ desde 1981, cuando colocó su primer anuncio en la revista estadounidense The Advocate, que trata temáticas LQBTQI+ y que fue un movimiento pionero en aquella época. 

Absolut Vodka ha lanzado en los últimos 40 años una gran cantidad de campañas y botellas de edición especial en defensa de los derechos de la comunidad, fieles a la creencia de que un mundo más abierto, diverso e incluyente es un mundo mejor.

Absolut Vodka, un producto “One Source”

La producción de Absolut Vodka se resume en la filosofía «One Source» («una fuente», en español): todo el proceso ocurre en el pueblo de Åhus, Suecia, y sus alrededores. Cada gota de agua y cada semilla de trigo proceden de la misma comunidad de granjeros.

La destilación de Absolut Vodka es neutral en CO² y de su destilado se obtiene un derivado conocido como «drank» en sueco, que es rico en proteínas y sirve para alimentar más de 290 mil cerdos y vacas diariamente.

Las botellas que se utilizan también se producen con más del 40% de vidrio reciclado y diariamente la fábrica embotelladora, también ubicada en la comunidad sueca, recibe botellas vacías para ser rellenadas con la bebida.