"El presidente ya se encontraba muy bien esta mañana, pero los médicos aconsejaron reposo. Tuvo una semana muy intensa y estaba realmente agotado. Fue una crisis de hipertensión y ante ese cuadro se decidió cancelar el viaje programado a Davos", dijo a la AFP un portavoz del Palacio de Planalto.
Lula, de 64 años, se encontraba en la noche del miércoles en la ciudad de Recife (noreste del país), desde donde partiría rumbo a Suiza, pero se sintió mal cuando ya se aprestaba a volar y su médico personal recomendó su traslado a un hospital. "El presidente ya estaba en el avión, con todo listo para despegar. Durante el día su médico había verificado la presión arterial varias veces y decidió hacerlo una vez más, y entonces aconsejó que Lula sea llevado a un hospital para recibir tratamiento adecuado. Pero ya está bien", dijo el portavoz.
El médico de Lula, Cleber Ferreira, dijo a la prensa local que "el estado general del presidente es bueno", aunque deberá ser sometido a una nueva batería de exámenes este jueves en Sao Paulo. "Fue un cuadro esporádico. El presidente no es hipertenso y su presión es absolutamente normal. Ocurrió un conjunto de factores", dijo Ferreira a la prensa local, quien añadió que Lula se resistía a cancelar el viaje.
A lo largo del día, Lula se había quejado de dolores en el pecho y la garganta y presentaba un cuadro gripal, además de sentirse profundamente cansado.
En la mañana de este jueves, el Real Hospital Portugués en Recife confirmó que Lula aún se encontraba internado, aunque un portavoz se limitó a comentar que "el presidente ya está bien".
En Davos, Lula debía recibir un premio Estadista Global, apenas pocos días después de participar en la sureña ciudad de Porto Alegre en el Foro Social Mundial, que reúne a los opositores de la globalización.