Varios cientos de observadores presenciaron el lanzamiento y aplaudieron cuando el cohete rugió en el cielo.
Unos diez minutos después, los controladores confirmaron que la nave espacial había entrado en su órbita. Los familiares y amigos de los tripulantes brindaron con champaña para celebrar el aparente inicio exitoso de la misión. "Me siento feliz por él", declaró la novia de Garriott, Kelly Miller, con los ojos llenos de lágrimas.
Este vuelo, que costó a Garriott 30 millones de dólares (22 millones de euros), fue programado para entrar en órbita unos nueve minutos después del despegue y llegar a la ISS el martes.
De esta manera, Richard Garriott, de 47 años, se convierte en el primer estadounidense en seguir a su padre al espacio, y espera recuperar el dinero que pagó por esta experiencia.
A diferencia de los turistas espaciales que lo precedieron, Richard Garriott considera al espacio como un negocio familiar, pues es hijo del astronauta norteamericano Owen Garriott, que en 1973 pasó dos meses a bordo de Skylab, la primera estación espacial de la historia.
"He crecido en una familia de astronautas y siempre quise hacer lo que hizo mi padre", dijo antes del despegue. "Es maravilloso", afirmó Owen Garriot luego de la partida de la nave espacial. "Excelente", agregó.
Garriott pudo hacer realidad el sueño de su niñez cuando Space Adventures, una empresa con sede en Estados Unidos que se especializa en llevar a turistas ricos al espacio, anunció en septiembre de 2007 que él sería su próximo turista espacial.
"He trabajado durante 20 o 30 años para esto", afirmó Garriott, que se sometió a un régimen riguroso de exámenes médicos y a meses de entrenamiento para que le permitiesen tomar este vuelo, según las declaraciones que hizo en una entrevista anterior.
"A los 47 años me considero un hombre bastante joven todavía, y creo que continuaré creando nuevos negocios que me permitirán continuar mi exploración del mundo", afirmó este texano nacido en Gran Bretaña.
Cuando se encuentre en la ISS tiene la intención de llevar a cabo varios experimentos sobre cuestiones como el efecto de los viajes espaciales sobre el sistema inmunitario y las características del sueño de los astronautas.
Durante la conferencia de prensa del sábado, Fincke, compañero de viaje de Garriott, desmintió que las tensiones entre Rusia y Estados Unidos --que aumentaron durante el reciente conflicto en Georgia-- hubieran perjudicado de alguna manera las relaciones entre los viajeros del espacio rusos y norteamericanos.
"Nosotros somos un símbolo de lo que pueden hacer las personas que trabajan juntas. Y esto incluye a todos los países del planeta", insistió Fincke.