Por Thelma Mejía
El ex vicepresidente de Guatemala Eduardo Stein (2004-2008) está encargado
del trabajo técnico para establecer la Comisión, que esclarecerá qué hubo
detrás del golpe de Estado que sumió a esta nación centroamericana en su peor crisis política de las últimas dos décadas.
Stein precisó que la Comisión será autónoma e independiente y buscará la verdad de los hechos, pero "no será un ente persecutorio ni inquisidor; lo que se busca es el camino a la reconciliación con verdad y justicia". El político guatemalteco está en Honduras desde la primera semana de febrero para definir con Lobo y un equipo técnico de la Organización de los Estados Americanos (OEA), los objetivos y metodología que tendrá la Comisión de la Verdad.
Adelantó que ésta deberá estar integrada por personas que gocen de credibilidad, compromiso y, "en la medida de lo posible, ligados al mundo académico para que ayuden a comprender mejor lo sucedido".
La asistencia de la OEA es encabezada por el boliviano Víctor Rico, con rango de embajador, y quien despejó dudas sobre la participación del foro continental en la Comisión, resistida por los grupos vinculados al golpe. "Seremos un apoyo técnico, como lo establecen los compromisos suscritos" en el Acuerdo Tegucigalpa/San José de fines de 2009, precisó el asesor político de la secretaría general de la OEA.
La propuesta sobre la integración y forma de operar de la Comisión será anunciada la próxima semana, y se contempla que su trabajo dure entre seis meses y dos años, según Stein.
El Acuerdo Tegucigalpa/San José fue una de las primeras exigencias de la
comunidad internacional para que Honduras salga del aislamiento en que se encuentra a raíz del golpe de Estado del 28 de junio contra Zelaya.
Ese acuerdo consta de 12 puntos, pero su cumplimiento tuvo su primer fracaso al no concretarse el retorno de Zelaya a la Presidencia, como paso previo a la juramentación de Lobo como jefe de Estado, el 27 de enero. Ese mismo día, el ex mandatario salió del país hacia República Dominicana con un salvoconducto.
Zelaya estuvo refugiado cuatro meses en la embajada de Brasil en Tegucigalpa, tras un sorpresivo ingreso que burló la vigilancia policial y militar del país. El 28 de junio había sido capturado en la madrugada en su propia casa y expulsado por los militares a Costa Rica.
Lobo, del derechista Partido Nacional, pregona un giro hacia lo que define como un centro humanista y asegura que "honrará" el compromiso Tegucigalpa/San José. Ese acuerdo contempla, además de la Comisión de la Verdad, la conformación de un gabinete que incluya a los cinco partidos políticos representados en el parlamento, lo que ya fue cumplido.
Lobo ha asegurado que "esta Comisión de la Verdad es necesaria para que se esclarezca todo, que la comunidad internacional entienda bien qué pasó y que Honduras sirva de ejemplo para que hechos como los sucedidos no se repitan nunca más".Para algunos analistas, el mandatario se juega su gobernabilidad entre las posiciones de los golpistas y los antigolpistas, contrarios a la Comisión por motivos opuestos. Pero al mismo tiempo la necesita para ser aceptado en la comunidad internacional y para caminar hacia la reconciliación interna.
El sociólogo Eugenio Sosa dijo a IPS que las posturas radicales en torno a la Comisión de la Verdad sólo reflejan que el presidente Lobo "tiene grandes desafíos políticos y uno de ellos está en cómo moverse entre posiciones radicales de los sectores populares y de la misma derecha". "Lobo no solo enfrenta a sus partidarios y grupos económicos, sino que también a grupos de la misma sociedad civil, como la UCD que parece que ya le quiere dar golpe", explicó. Pero, a su juicio, el presidente "está leyendo estos desafíos y está queriéndoles salir adelante, habrá que ver cómo sale".