El acuerdo fue aceptado por cinco de los seis ex detenidos (uno de ellos ya había firmado) y ahora se espera por la traducción del texto al árabe, ya que se va suscribir en ambos idiomas. De todas maneras, los seis estarán incluidos en este nuevo convenio.
El compromiso firmado es el que se propuso en primera instancia, pero tiene un anexo donde se profundizan algunos ítems. Los recursos vendrán del Estado, a partir de un acuerdo que tienen Sedhu y Cancillería. “El ministerio le transfiere recursos y responsabilidades, obligaciones, tareas para hacer en el marco de la reinserción de los refugiados a la sociedad uruguaya”, explicó Christian Mirza a No Toquen Nada.
Mirza fue designado por Cancillería como nexo facilitador entre las partes para la firma del convenio.
El convenio establece que los refugiados deben aprender el idioma, hacerse controles de salud en el Hospital de Clínicas y que tendrán acceso a vivienda, entre otros puntos.
“Todavía no está definido cuántos familiares de los refugiados vendrán a Uruguay, pero de eso se encargará la Cruz Roja, que tiene protocolos definidos. El convenio establece que la vivienda estará adecuada a la cantidad de personas que vayan a habitarla. La ley 18.076 establece que tienen derecho a la reunificación familiar. Eso implica que puede ser una vivienda para una persona o para siete personas, por decir una cifra arbitraria. Sedhu los acompaña a buscar la vivienda, pero al contrato lo firma ellos. El costo es sostenido por Sedhu, pero el asumido por Cancillería en el marco del convenio”, afirmó.
La duración del convenio será de un año y luego de ese tiempo se hará una evaluación del cumplimiento. “Es probable que se renueve por un año más, pero en cualquier caso el Estado no los va a abandonar, no van a quedar desprotegidos, porque asumió una responsabilidad en el marco de la ley de refugiados”, expresó.
Mirza dijo que las dificultades para firmar se dieron porque los refugiados querían certezas. “Yo les dije: miren, no se pueden cubrir el 100% de las contingencias que un ser humano tiene en su trayectoria vital”, expresó.
Otro de los puntos del convenio es el acceso al trabajo. Mirza dijo que los refugiados quieren trabajar, pero necesitan tiempo. “Fueron apresados desde muy jóvenes, ilegalmente, y ni siquiera tuvieron tiempo para formarse. Eso lleva tiempo. No les podés decir: ustedes saben dos o tres palabras en español, acá tienen 10 empresas que les ofrecieron trabajo. No es así. Es más complejo. Tienen que manejar básicamente el idioma, capacitarse y después insertarse en el mercado laboral”, explicó.
