Con base en un informe de Nausícaa Palomeque, para No toquen nada.
En Montevideo hay un solo psiquiatra para atender 10.000 asuntos anuales relacionados con violencia en el ámbito familiar.
Para Cavalli es una contradicción que en esos juzgados (donde se siguen los casos de violencia doméstica y de vulneración de derechos de niños y adolescentes) sean los que tienen menos recursos.
“La materia familia es obviamente la que tiene mayor cantidad de números de asuntos pero eso no se corresponde con la cantidad de juzgados que atienden situaciones de urgencia”, señaló. “Proporcionalmente hay menos estructura. Es una cuestión cultural que así se ha resuelto”, agregó.
Los juzgados de familia especializados fueron creados en 2004. Primero se crearon cuatro, después fueron seis y desde febrero hay ocho en Montevideo.
En 2014 había 20 juzgados penales en Montevideo y cada uno tramitó 500 asuntos por año. Además había 20 juzgados civiles (con un promedio de 354 asuntos por año) y seis juzgados de familia especializada, (con un promedio de 1600 casos por año). Esto implica un promedio de siete audiencias diarias.
En el interior el escenario es variado. Por ejemplo, en Las Piedras hay siete juzgados: tres de familia, dos penales, dos laborales. Pero en la mayoría de los juzgados del interior los juzgados son multi materia y los jueces suelen cubrir todas las materias (civil, penal, familia, laboral, aduana).
En el nuevo presupuesto no está previsto crear nuevos cargos para estos juzgados.
Para el ministro, esta falta de recursos, jueces y especialistas es una de las razones por las que funcionan mal los juzgados de familia especializados.
“Es tanta la cantidad de asuntos y tanto el rol que debe asumir un juez, que se hace muy difícil. Esa es la gran explicación de la disconformidad que existe a nivel general y dentro del Poder Judicial de cómo funcionan estos juzgados que están creados para proteger derechos de personas que están en situación de vulnerabilidad”, explicó.
Cavalli también fue muy crítico con los procesos de revictimización que sufren los niños en los juzgados de familia especializados. Dijo que hay un periplo cuando los niños son abusados donde lo interrogan varios adultos, a cualquier hora, frente a desconocidos.
“Va a ser interrogado por un receptor, va a haber un juez penal, un fiscal, un defensor. Ahí ya tiene cuatro adultos preguntándole sobre un hecho de intimidad. Y el forense que lo va a someter a pericias clínicas. Además después va a tener que ir al juzgado de familia especializado, donde lo va a interrogar el juez, el defensor de los padres, su defensor, va a estar presente el fiscal, el receptor”, detalló.
“Ese niño tiene que contar la experiencia más desagradable de su vida, algo muy íntimo, que a los adultos nos costaría expresar frente a tantos extraños, en dos oportunidades diferentes. Es como se dice: la mejor manera de callar a un niño para que no hable ni denuncie es llevarlo a un juicio uruguayo”, expresó.