Técnicamente, la selección argentina está entre las tres mejores del mundo junto a Brasil y España. Por supuesto que se aceptan discusiones. Podría agregarse Italia, tal vez Inglaterra, acaso Holanda…
Maradona se enfrenta a un grave problema: el diseño del plantel. Tome la decisión que tome, será inexorablemente un plantel con desequilibrios: excelente calidad en los atacantes, aceptable mediocampo, y una pobre defensa. Como siempre, la Argentina es desmesurada: mucho (lo mejor) en un lado; y poquito (casi nada) en otro.
La potencia está en la ofensiva; debería ser un equipo con “mucho gol”. Un ataque conformado por el mejor futbolista del mundo (Messi) y uno de los delanteros más sagaces (Higuaín), es envidiado hasta por Brasil. A propósito, Brasil sí tiene una defensa casi perfecta, así como España tiene el mediocampo de los sueños!
De nuevo a la Argentina. No debería tener sobresaltos con equipos inferiores o iguales. Aunque es posible que no la pase bien con rivales veloces. La Argentina no tiene modo de frenar un ataque rápido. Supongamos el siguiente escenario: Kaká, Robinho y Luis Fabiano, lanzados en un contraataque y de pronto, enfrentan a Samuel, Demichelis y Heinze… Las posibilidades son dos: falta dura o gol.
En el último amistoso, ante un ataque lento como el de Alemania, a los 30 del primer tiempo los dos centrales ya estaban amonestados. La solución debe aportarla el equipo, predispuesto a acortar los espacios muy rápidamente apenas producida la pérdida de la posesión. Para matar la lentitud será necesaria una transición a máxima velocidad.
El otro punto de análisis es “la medida Maradona”. Diego, el Diego… sigue siendo un fastidioso. Le sigue gustando molestar. La incorrección política lo divierte. Se ríe de las sanciones de la FIFA… (Es que claro, que la FIFA diga “esto es moral y aquello es inmoral u ofensivo”, realmente es muy fuerte). La potencia de su personalidad y de su historia no pasan inadvertidas. Igual, está muy fácil pegarle a Diego. El equipo ha desteñido y le ha caído el peso de la crítica.
Maradona es más que un provocador. Maradona es un ave de rapiña que sobrevuela sobre los débiles, sobre los que nunca pudieron sentirse sabedores de algo que él supo como nadie. Maradona es acción, instinto que desafía sin diplomacia a los mediocres. Maradona es el loco de Buenos Aires que viene a decirle al impostado mundo del fútbol que apestan de tan educados. Sin manuscritos ni leyes que puedan reprimirlo, no hay Estado que sofoque su ira. Pero en un mundo burgués y de buenas costumbres, su locura arrasadora, espanta a “los morales”. Todo esto diría Nietzsche de Maradona… menos que Dios ha muerto.
*Fernando Pacini es periodista argentino. Fue comentarista del fútbol argentino en Torneos y Competencias y co-conductor del programa Fútbol de Primera.