¡Durante el Mundial la gente come cualquier cosa!

Actualizado: 30 de marzo de 2011 —  Por: Darwin y sus chinos

¡Durante el Mundial la gente come cualquier cosa!

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Un estudio hecho por una consultora indica que, durante el mes pasado, al uruguayo medio se le podía vender un buzón con sólo mencionarle el Mundial.

“El estudio del mundial”, así lo bautizaron sus creadores, no deja claro ninguno de sus métodos para llegar a esta verdad final, pero aparece una foto de Forlán que avala el resultado sin dejar dudas. Forlán, que recientemente salió balón de oro del mundial y quedó en la historia del fútbol, llevando a lo más alto a la celeste (lo más alto que pudo con los compañeros que le tocó en suerte).

Gobierno, oposición, canales de televisión, diarios, radios, productos y servicios de todo tipo, publicistas, informativistas, periodistas deportivos, los suplentes de los periodistas deportivos que se quedaron en Montevideo cubriendo a los periodistas deportivos que se fueron al mundial, Julio Alonso (disculpen pero es inclasificable), sociólogos que salían en diarios e informativos hablando del impacto colectivo de un partido de fútbol y la nueva sociedad a construir (¿?), señora directora, maestra, padres, madres, o tutores, niños, y muchas otras lacras de la sociedad quisieron pegarse a la campaña de la selección uruguaya en Sudáfrica y morder algo del éxito.

Cada uno trató de sacar su tajada en esta copa y aprovechar la estupidez de todos para conseguir algo (en general, plata) del resto sin reparar demasiado en los métodos y la legitimidad de los mismos.

A continuación, algunos ejemplos de la comida que nos hicieron tragar gracias al mundial.

Ver un ómnibus durante 4 horas es algo emocionante, que te puede llevar hasta las lágrimas.

“Ómnibus de la selección”, autor: Tenfield y los canales de T.V abierta.

“Ómnibus de la selección”, autor: Tenfield y los canales de T.V abierta

“Este renacer del fútbol es el reflejo del gran momento que vive la sociedad”.

Nunca falta el cretino que tira esa fruta inverosímil y envenenada. Hay gente en Uruguay que piensa que llegar a la semifinal del Mundial es un claro signo de que estamos arañando la entrada al primer mundo, y que como nación y sociedad estamos teniendo un progreso del cual el fútbol es sólo una muestra.

La pregunta que le sigue a esta afirmación sería: ¿Si el fútbol es el reflejo del momento colectivo por el que transita una sociedad, qué carajo pasó con España, que se cae a pedazos económicamente, tiene un desempleo histórico, y le dio un toque bárbaro a todos?

“Todos los ojos del mundo están pendientes de Uruguay. Hemos ganado en visibilidad, el mundo nos respeta por lo que hicimos y por lo que somos. El mundo habla de nosotros”.

¡MENTIRA! ¿En qué cabecita cabe que el mundo entero mire a un país durante más de 10 minutos por estar entre los cuatro finalistas del mundial? ¿No tiene otra cosa que hacer el mundo entero? ¿Alguno se recuerda a sí mismo mirando detenidamente a Bulgaria en el 94 como nación, aprendiendo de su idiosincrasia, hablando de la realidad de la gente búlgara, poniendo los ojos en ese país por haberle ganado a Alemania –el último campeón- de atrás y dejarla afuera? No, nadie. Y lo mismo con Croacia, con Corea del Sur y con Turquía. En ningún caso ahondamos nuestro conocimiento acerca de esos países, ni los respetamos más, ni los admiramos, ni nos sentimos mínimamente atraídos por su gente; y creo que ni bien quedaron afuera en la semifinal lo que hicimos fue decir: “se dio la lógica, no podían llegar a la final”, y nunca más los miramos ni por el Google Earth.

Esta noción de “el mundo nos mira” es falsa, y se usa para generar la sensación de existencia que en el uruguayo es una necesidad ineludible.

“Esto es el inicio de algo más importante, es un signo de que cosas más grandes están por venir”.

¡MENTIRA! Malasia también lo era, aquella selección de jóvenes valientes ejemplares que nunca olvidaríamos y serían nuestra carta del futuro. ¿Y? Y en esta selección no jugó ni uno de los integrantes de aquella “gesta histórica”. Es más: ninguno quedó en el corazón de nadie, ¿o alguien puede decir honestamente que el churrasco Pellegrin o el Pajarito Callejas ocupan un lugar en su orden afectivo? De ninguna manera. Más aún: Forlán y el ruso Pérez integraban la sub 20 del mundial en Nigeria, dos años después de Malasia. Salieron cuartos y no fueron ni los perros que olfatean la merca a recibirlos al Aeropuerto de Carrasco.

“El pueblo está unido como nunca”

¡MENTIRA! ¡MENTIRA! ¡MENTIRA! Que esté “junto” en un mismo espacio no quiere decir que esté unido. Si soltaban dos leones en Av. Libertador en la tarde del martes cada uno iba a tratar de salvar a los suyos y correr lo más lejos posible, eso es seguro.

“Este es un ejemplo que le sirve a nuestra sociedad, porque se demuestra que con el trabajo serio y la dedicación se puede llegar lejos”.

Sería perfecto el ejemplo en caso de que alguien amagara a imitarlo, pero ni cerca. Hay que entender las dos caras de la moneda: mientras en el caso de los futbolistas este mundial se traduce en horas de dedicación y sacrificio, trabajo duro y responsabilidad; para los ciudadanos representó horas al pedo frente a un televisor, clases suspendidas, escapadas de la oficina, alcohol, drogas, y Sport 890. Nada bueno puede salir de esa conjunción.

Dos timos publicitarios, a modo de ejemplo, que se aprovecharon del mundial para encajarnos cualquier cosa.

Aromafresh Mundial, el desodorante de ambiente del mundial… “Para tirarte todos los pedos que tengas ganas de tirarte mientras ves los partidos de la celeste. Tirátelo enfrente al televisor, mirando cada minuto de la gloriosa camiseta uruguaya, y después dispará el spray un par de veces. Con Aromafresh Mundial, podés tirarte los pedos celestes más dignos del mundial, porque tus pedos también son hinchas de la selección”.

“El calefón del Mundial”, un calefón de 25 litros por sólo 7000 pesos, una oferta Mundial. Con este calefón del Mundial especial tus baños no duran más de 8 minutos, calculado por reloj, un reloj Mundial. Después del minuto 8 se acaba el agua caliente y podés morir de hipotermia. Es justo lo que necesitás para bañarte durante el entretiempo y no perderte ni un minuto del partido de Uruguay en el Mundial. Mientras te sacás la ropa, te bañás y te volvés a vestir, transcurrieron los 15 minutos exactos, garantizado por nuestros expertos de control de calidad de renombre Mundial. El calefón del Mundial tiene el tamaño preciso para que tus baños sean controlados, con lo que además ayudás a preservar el agua a nivel Mundial. Agua que, por ejemplo, los niños del África no tienen, y ya sabemos lo que hay que cuidar al continente africano, ¡lugar en el que se desarrolla el Mundial! Pero lo verdaderamente importante es que no te perdés ni un gol de Forlán en el segundo tiempo de ningún partido del la Celeste en el Mundial, por más tempranero que sea.