“¡Esto es para todos los que decían que nos comimos un garrón con Gallardo!” le gritó un directivo de Nacional al pobre cronista de 180Darwin que recién había entrado a su oficina y al que ni siquiera dio tiempo de prender la grabadora.
“¡Ahí lo tenés, dejando bien en alto la cultura Nacional! ¡Con la humildad que sólo tienen los grandes; con el sistema inmunológico que sólo tienen los grandes tirando a ancianos, eso es cierto; pero digno en su desgracia!” exclamó el dirigente tricolor mientras por la ventana señalaba al roto volante argentino, que colgado en un arnés especialmente diseñado para no hacer peso sobre su pierna, tiraba mezcla sobre lo que pronto será un nuevo tablón de hormigón del Gran Parque Central.
El jugador, que se rompió a los 9 minutos de su segundo partido en Nacional, reafirmó su compromiso con la institución ofreciendo no cobrar su sueldo mientras se recupere de la lesión. La directiva le agradeció el gesto pero le dijo que de ninguna manera lo iba a aceptar, un contrato es un contrato y mientras esté en Nacional va a cobrar todo lo que se le prometió. Eso sí, va a laburar como un condenado hasta que se le venza el contrato.
“Estuvimos pensando en qué puede ser útil un veterano sin ninguna preparación, que nunca hizo otra cosa que jugar al fútbol y aparte está inmovilizado: hablamos con el Chengue para ver si lo dejaba encargarse de la ropería de su boliche en Las Piedras pero nos dijo que le acababa de dar el laburo al Juanchi González, que ya tenía experiencia porque cuando lo echó el Oviedo agarró una temporada en un boliche en Ibiza.” confesó un allegado a la institución (vive en 8 de octubre y Manuel Albo).
Cuando todo parecía indicar que Gallardo iba a terminar vendiendo pop en la Ciudad de los Chicos llegaron noticias desde el norte: “Se nos acercó el médico riverense que le hizo las prótesis a Darío Silva y a Blanquita, la niña de Salto que con su caso increíble nos tuvo en vilo como sociedad todo el año pasado y que como sociedad la olvidamos sin que su situación haya cambiado ni se haya definido si hubo o no mala praxis.
Él nos propuso un sistema de arneses con el que Gallardo podría tener movilidad total para poder ser útil en el gran proyecto que hoy afronta la institución: agrandar el Parque Central.” dijo el mismo allegado, que seguramente después de leer el chiste bobo sobre la dirección de su casa y su condición de allegado venga a la redacción de 180Darwin a partirnos una Copa Bimbo en la cabeza.
El médico riverense se mostró muy satisfecho con su trabajo: “Sin duda es mi obra más lograda. Yo me convertí en una eminencia en la región haciendo prótesis y lo de Darío Silva me dio proyección internacional, pero hace tiempo que quería buscar por otro lado, hacer prótesis es muy gratificante pero su virtud es lo que la limita: la prótesis perfecta busca igualar en funcionalidad a la extremidad original, es como hacer una banda tributo a Los Beatles: lo más lejos que podés llegar es hacer una versión que suene exactamente igual a Let It Be, pero nunca podés hacer una versión que supere a Let It Be, porque ya no sería un tributo. Con Gallardo lo que hice fue darle un poco de vuelo a la prótesis, cagarme en el naturalismo y buscar más para el lado del Hombre Araña (lo cual le sienta bien dada su tendencia a arañar rivales): idear unos sistemas de cuerdas y arneses que le permitan colgarse de cualquier parte del Parque Central sin apoyarse en su pierna.”
Por su parte Gallardo trabaja en silencio y sin pausa. Siendo que su salario ronda los 30 mil dólares la dirigencia decidió dejar sin efecto la licitación para que una empresa constructora se haga cargo de la remodelación y que el argentino lleve a cabo las obras en solitario: se espera que de acá a su recuperación amplíe al doble la capacidad de las cabeceras.
De todas maneras el médico de Gallardo fue contundente con respecto a su recuperación: “Él en enero va a estar en condiciones de volver a jugar, pero como hace dos semanas: con la posibilidad de que sus patitas de grisin se rompan ante la mínima brisa. Para cuando Gallardo esté físicamente al 100%, en el Parque Central va entrar más gente que en el Estadio Centenario. Tranquilamente puede levantar un Coliseo o una Pirámide antes de que vuelva a estar entero” concluyó con optimismo.