El presidente José Mujica sostuvo en su audición de M24 que debido a los acuerdos con la oposición –que habilitaron cargos en los organismos del Estado - y a la presencia de representantes sindicales en la Educación y la Salud “el gobierno se quedó rengo y a veces está en minoría. Para que el gobierno tenga por lo menos igualdad propusimos el voto doble del presidente”.
El senador blanco Jorge Larrañaga dijo que “con estos cambios, el poder político asume el control en la educación”.
El cuento sería válido si el gobierno hubiera perdido alguna votación por el voto unido de representantes sociales y la oposición. Pero eso no pasó. Los que votaron en contra fueron los directores elegidos por el presidente. El gobierno perdió el control porque se le dieron vuelta sus propios directores; en todos los casos, además, afines o afiliados al MPP.
Es cierto que los sindicatos de la enseñanza actuaron de forma corporativa e irracional en el último conflicto por el plan de fortalecimiento institucional (Pro-Mejora). Las medidas gremiales, sobre todo las de la Asociación de Docentes de Enseñanza Secundaria (Ades) de Montevideo, fueron desproporcionadas y desprolijas.
Pero los paros, las ocupaciones y las trabas en la elección de horas de los directores no fueron la razón por la que el gobierno fue desautorizado. El planchazo al gobierno, el cisma interno en el Codicen, fue causado por las autoridades de Secundaria::los tres directores -dos de ellos del MPP y elegidos por Mujica y un representante sindical- votaron en contra del Pro-Mejora y de las ideas de Mujica. Además, pusieron su postura en la página web oficial de Secundaria contrariando y desafiando a las autoridades. Por esta razón Mujica le tuvo que pedir la renuncia a los dos cargos políticos de Secundaria: Pilar Ubilla y Fernando Tomeo.
Si hubiera estado vigente la maravillosa solución del doble voto, el gobierno hubiera perdido 4 a 0 en lugar de 3 a 0.
La situación fue muy parecida en la Administración de Salud del Estado (ASSE), donde Mujica también decidió que haya doble voto. Allí hay cinco cargos del directorio: dos del gobierno, uno de la oposición, y dos de los representantes sociales, el de los funcionarios y el de los usuarios.
Durante 2010 y 2011 ASSE estuvo fuera del control del gobierno porque Alfredo Silva, representante de los trabajadores, arrastró casi siempre al presidente, Mario Córdoba, a votar contra el gobierno. El tema en ASSE fue que “el poeta de la medicina”, como llamó Mujica a Córdoba, votaba con Silva y con el representante de los usuarios. O sea, con el doble voto, las derrotas en ASSE hubieran sido más amplias para el gobierno. Al igual que en la Educación, se les dio vuelta el cargo político, ese fue el drama.
El argumento del doble voto para recuperar control se desarma solo. En todo caso, se podrá asegurar el control en el futuro, siempre y cuando los elegidos por el gobierno no voten del otro lado.
El gobierno y la oposición alcanzaron algunos acuerdos en la Educación y es positivo. Pero deberían aclarar este punto del doble voto por una cuestión de transparencia; sería una pena que una vez que se ponen de acuerdo aprovechen para armar un cuento que no tiene nada que ver con lo que pasó y que prioriza el poder en lugar de las metas a alcanzar.
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