Carlos Caballero es un maestro uruguayo de 66 años radicado en Noruega. Su relación con ese país surge a partir de su esposa, de familia noruega, y fue lo que llevó a que eligiera ese destino para exiliar luego de haber estado preso durante la dictadura militar uruguaya. Cuando se reinstauró la democracia en el país, Caballero y su esposa retornaron, pero solo hasta el año 2002, cuando volvieron a refugiarse en Noruega a raíz de que a él dejaran de pagarle en sus dos trabajos a causa de la crisis económica. Desde entonces Caballero vive en Oslo, capital noruega, y desde entonces, además de ser líder pedagógico en una institución multicultural, se dedica a la organización Hjelpemiddelfondet.
Caballero contó a 180 que Hjelpemiddelfondet (que se traduce como “fondo de medios de ayuda”) nació a partir de la cantidad de instrumentos para discapacitados que se desechan luego de poco uso en Noruega. “Aquí les brindan a todos los discapacitados la posibilidad de tener gratuitamente, de acuerdo con su diagnóstico, los instrumentos que necesitan, y quedan una cantidad de instrumentos que después de poco uso quedan como inutilizados”, explicó Caballero.
A partir de contactos que él y algunos conocidos suyos uruguayos y noruegos tenían con organizaciones del Estado noruego y del Ministerio Social, tuvieron la posibilidad de acceder a esos instrumentos desechados, y fue por ello, y también por las necesidades que detectaron que había en Uruguay (sobre todo en épocas de crisis) que se les ocurrió fundar una organización que se encargara de hacer llegar esos instrumentos desechados a un lugar en que puedan ser útiles y en donde quizás ni siquiera existen, como Uruguay.
“Hemos enviado a casi todos los departamentos, al Ministerio de Salud Pública, al Hospital de Clínicas (le hemos renovado casi todas las camas), a la IMM ( sobre todo al sector de discapacitados), al MIDES, a casi todos los hospitales a través del MSP, a la Teletón…”, cuenta Caballero.
“Pensábamos en ese momento mandar (solo) un primer container (con donaciones), pero de a poco fue surgiendo la posibilidad de seguir mandando otros, porque tuvimos más contacto con otras instituciones”.
La mayoría de los equipos que Hjelpemiddelfondet envía como donación son a su vez donados por esas instituciones con las que tienen contacto, pero para los equipos de computación deben pagar un chequeo de calidad que exige la ley noruega para evitar el envío de chatarra electrónica.
Hjelpemiddelfondet envía delegaciones regularmente a los países a los que envían donaciones, no solo para tomar contacto con las instituciones a las que donan para tener “una vista cercana de cómo es la distribución de los instrumentos”, sino también para realizar algún tipo de aporte cultural, científico o tecnológico con especialistas de Noruega.
Con este mismo objetivo, la organización acordó con el MIDES y la Comisión de Discapacitados del IMM que en abril de este año viaje a Uruguay una especialista en Centros de Distribución de Medios de Ayuda y de Tecnologías alternativas, “muy reconocida en Noruega y en Europa”.
Caballero remarcó que la organización no trabaja con dinero, sino que trabaja para generar relaciones con instituciones que hagan posible que haya nuevas donaciones. Los gastos de envío son cubiertos por la institución que recibe la donación, pero la proporción con el valor de los instrumentos donados es “ínfima”, y además muchas veces esos instrumentos ni siquiera se consiguen en el lugar de destino de la donación. “El último container que enviamos a Teletón tuvo un gasto de 7.000 dólares (de envío), y tenía un valor de alrededor de 90.000 dólares en instrumentos”, contó Caballero.
El 5 de febrero pasado, Hjelpemiddelfondet cargó un envío al Ministerio del Interior uruguayo una donación equivalente a 180.000 dólares en diferentes equipos y materiales para el proyecto de rehabilitación de cárceles y para algunas comisarías que no tiene computadoras.
“En el día de hoy terminamos de cargar el container Nr. 56. Fue en las afueras de Oslo y con una temperatura de 20 grados bajo 0! Cargamos 538 computadoras completas y algunos materiales para discapacitados destinados al Ministerio del Interior de Uruguay. En nuestra visita a Uruguay en el pasado mes de diciembre acordamos con dicho ministerio el envío de 1000 computadoras para un programa de rehabilitación en las cárceles. Las restante las estaremos enviando el mes próximo”, dice el comunicado que difundió la organización el día del envío.
El cargamento consiste específicamente en 538 computadoras Pentium IV de 1.8 Gb, teclados y mouse, 512 monitores LCD, 10 sillas ergonométricas, 5 sillas de ruedas, 10 andadores, 10 pares de muletas y un transportador manual de pacientes. Se espera que el cargamento llegue a Uruguay cerca del 28 de este mes.
La organización también ha enviado en diferentes oportunidades donaciones a Cuba, República Dominicana, Haití y Nicaragua.