Poco antes, el jurado había declarado a Fritzl culpable de los cargos de asesinato, incesto, violación, secuestro, coerción y esclavitud de su hija, que tuvo siete hijos de esa relación incestuosa durante los años en que permaneció cautiva en el sótano de su casa en Amstetten (130 km al oeste de Viena).
La decisión de los ocho miembros del jurado fue unánime.
La fiscal Christiane Burkheiser había reclamado la "pena máxima", es decir cadena perpetua, y el internamiento de Fritzl en un psiquiátrico por tiempo indeterminado. La cadena perpetua corresponde al cargo de asesinato por la muerte de uno de los siete hijos que murió en 1996 a los dos días de nacido, por falta de atención médica.
La tragedia del "monstruo de Amstetten", como es conocido Fritzl, saltó a la luz en abril de 2008 cuando una de las hijas que había tenido con su propia hija necesitó ir al hospital.
El juicio comenzó el lunes y entre los momentos más duros figuró la difusión del testimonio de Elizabeth en un video de 11 horas. La mujer, que ahora tiene 42 años, tenía 18 cuando su padre decidió encerrarla en el sótano de la casa de 40 m2 sin ventanas ni ventilación.