El pajarito de Dilma

El transporte sigue caótico en las grandes ciudades brasileñas, el Congreso tuvo un acceso de dignidad de una semana –para después volver a postergar discusiones importantes por tiempo indeterminado y ocuparse de la sucesión electoral del año que viene—pero las protestas masivas en Brasil dejaron un cambio sutil y permanente: la vuelta de la presidente Dilma Rousseff al Twitter (@dilmabr).

Actualizado: 30 de octubre de 2013 —  Por: Denise Mota

El pajarito de Dilma

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Desde su cuenta, con más de 2 millones de seguidores (que ella llama de “amigos”), Rousseff anuncia realizaciones diarias de su gobierno (inauguraciones, discursos, inversiones) y adopta un tono bastante menos previsible cuando intenta hablar directamente con aquellos que ocuparon las avenidas y paralizaron el país: los jóvenes ya educados políticamente con la izquierda en el poder y que estarían buscando una vía alternativa de expresión y pensamiento ideológico (ni “de derecha”, ni “de izquierda” y, para muchos, ni de nada), según trataron de explicar los distintos analistas consultados sobre el tema por cuantos medios de prensa hubiera en Brasil.

Es para ellos que la mandataria redacta cosas como “Mi buenas noches especial para los millones de jóvenes que harán el Enem” o: “No te olvides de llevar tu cedula original y lapicera negra”, o, aún: “Tené confianza en vos, que Brasil confía en vos. ¡Buena suerte!”. La serie de mensajes (hubo más que estas) estaban dirigidas a los estudiantes que el sábado 26 de octubre realizaron el Enem - Exame Nacional do Ensino Médio, por el que deben pasar los alumnos de la enseñanza secundaria que quieran acceder a las universidades federales. También los invitó a “debatir más, a intercambiar más las ideas, en las calles y en las redes”. Queda claro a qué/quién apunta cuando vuelve a la web.

No sólo por Twitter. También abrió una cuenta en Instagram y tiene en Facebook una página que lleva su nombre y que viene siendo actualizada de modo sensiblemente más frecuente.

En nota de la BBC, especialistas dicen que la atención a la web tiene un “claro objetivo electoral” (para el presidente de la Asociación Brasileña de Consultores Políticos, Carlos Manhaneli) y refleja la “sorpresa” gubernamental con las protestas, en razón de haber estado “ajeno a las redes sociales”, en la opinión de Paula Bakaj, de la consultoría Burson-Marsteller, que publicó recientemente el estudio Twiplomacy 2013, sobre el uso del Twitter por dirigentes globales.

En la gran mayoría de los casos, los tuits de Dilma son reproducciones más o menos iguales de textos ya redactados en otras instancias del gobierno, como la comunicación del Palacio del Planalto, que mantiene el “Blog do Planalto”, o de la televisión estatal (TV NBR). Como no podría dejar de ser, muchos de estos mensajes se componen de sentencias basadas en el sentido común o que levantan poca (o nula) polémica, cosas como “Los niños son el pasaporte para el futuro” o “Un país desarrollado es aquel en donde toda su población vive con dignidad”.

La presidente salió del Twitter el 13 de diciembre de 2010, con un mensaje sobre lo “bueno” que era “haber sido recordada” en la red aquél año, “cuando tuve tan poco tiempo para estar acá con ustedes”. Aunque concluyera sus 140 caracteres con la promesa de volver en 2011, el pajarito azul sólo retomó la transmisión de las reflexiones de Dilma el 27 de setiembre pasado, es decir, 33 meses más tarde.

La vuelta no podía ser (aparentemente) más insólita: Rousseff en dialogo con su homónima ficticia, Dilma Bolada (algo como “Dilma enojada”), personaje creado por Jeferson Monteiro también en el Facebook, que satiriza la mandataria (pero nunca al punto de criticarla en serio), al mismo tiempo en que manda mensajes que el brasileño promedio piensa que la presidente supuestamente desearía escribir --y no puede por el puesto que ocupa--, o que le gustaría que la presidente escribiera. La prueba del “oficialismo” –y la popularidad-- de Dilma Bolada es el hecho de haber dialogado con Rousseff en su reestreno en la red. Las “dos” (Rousseff y Monteiro) se encontraron personalmente en Brasilia para una charla de más de una hora, con derecho a foto de Dilma con aire satisfecho frente a su laptop.

“Voy hasta Paraguay en un ratito… traigo un PS4 para ustedes”, dijo este martes su álter ego –que tiene alrededor de 161.500 seguidores, entre periodistas políticos de alto voltaje y el propio Planalto-- horas antes de la llegada de Rousseff al país de Horacio Cartes para la inauguración de una línea de interconexión eléctrica.

La aceptación llega al punto de que, esta semana, el ministro de Salud, Alexandre Padilha, haya dejado un mensaje bien humorado para Dilma Bolada, llamándola de “jefa” y comentando la fabricación de una vacuna desarrollada en Brasil y que será exportada para África, Asia y América Latina.

En una instancia más que calculada para tratar de conquistar la simpatía de los brasileños más jóvenes y sintonizados con la dinámica virtual, el día de su vuelta Rousseff y su doble humorístico conversaron a través del microblog en un diálogo iniciado por Monteiro y que trató del anuncio de páginas oficiales del gobierno y espionaje. Era como una entrevista informal que Bolada le hacía a Rousseff. Rara, sin gracia en muchos momentos, innecesaria y perjudicial para Monteiro, cujo proyecto era mucho más encantador antes de ser cooptado por Planalto. Un poco de la charla:

_ Mucha gente cree que yo no soy yo. ¿Esto te molesta?

_ No me molesta. Yo me río. Mucho. La vida sin humor queda muy pesada.

_ Pero, a ver... la gente quiere saber por qué estoy volviendo a tuitear con esta cuenta… Ay, Jesus… ¿Por qué estoy volviendo? ¿O por qué estás volviendo vos?

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