Caetano y Roberto Carlos confrontan por censura en biografías

La discusión viene llenando las secciones culturales de todos los diarios de Brasil hace más de un mes y ahora la MPB mítica del país vive un quiebre, con el reciente texto de Caetano Veloso en “O Globo” criticando el hecho de que Roberto Carlos no haya aparecido mientras los medios “pegaban” a los demás artistas. Escribe el cantautor de Bahia que “es lo normal de nuestra vida” que ahora Roberto haya aparecido como conciliador, “como Rey”. Las tensiones aumentan porque en las próximas semanas parecería que se viene algún tipo de resolución oficial sobre si en Brasil escribir una biografía tendrá que contar con autorización del biografiado o no.

Actualizado: 03 de noviembre de 2013 —  Por: Denise Mota

Caetano y Roberto Carlos confrontan por censura en biografías

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En resumen, la polémica instalada es, groso modo, así:

La Asociación Nacional de Editores de Libros de Brasil (Anel) entró en la Justicia con una acción para tratar de volver ineficaces los artículos del Código Civil Brasileño que determinan que se pueda prohibir el lanzamiento de biografías que “afecten el honor, la buena fama y la respetabilidad, o que tengan fines comerciales”. La movida tiene como antecedentes casos emblemáticos de biografías que tuvieron que ser retiradas de las librerías de apuro y mediante la amenaza de multas millonarias a las editoriales por parientes de biografiados (o el biografiado en persona) que entendieron que las informaciones difundidas en esas publicaciones eran incorrectas, injustas o calumniosas.

Los dos casos más conocidos son las biografías de Garrincha, “Estrela Solitária” –firmada por el prestigioso escritor Ruy Castro y que sólo pudo volver a ser vendida después que su editorial entró en acuerdo financiero con las hijas del jugador--, y del cantante Roberto Carlos, cuyo libro escrito por Paulo Cesar de Araújo fue retirado de circulación en 2007.

Los editores argumentan, con lógica bastante razonable, que la defensa de que toda biografía esté siempre en concordancia con lo que quiere el biografiado en cuestión resultaría en una industria de publicaciones complacientes, de muy poca confiabilidad histórica y periodística, y consecuentemente de muy poca relevancia para la sociedad.

Para tratar de impedir el cambio jurídico, entró en acción un grupo denominado Procure Saber (Tratá de Saber), formado por pesos pesados de la música brasileña, como Caetano Veloso, Gilberto Gil, Chico Buarque, Djavan, Roberto Carlos y Erasmo Carlos.

Los artistas (Roberto no, que se mantuvo callado hasta la semana pasada) vienen manifestándose en textos publicados en los principales diarios del país, y su vocera, la empresaria y productora artística Paula Lavigne (ex mujer de Caetano Veloso y su manager), anduvo peregrinando por distintos programas televisivos (en algunos de ellos, como protagonista de discusiones acaloradas) para defender el derecho de personalidades públicas “a su intimidad”.

Básicamente, lo que Procure Saber viene planteando es que toda biografía sea sometida al escrutinio del biografiado, o de sus familiares, que sólo se publiquen contenidos aprobados por ellos, y que los “homenajeados” por estas obras puedan recibir compensaciones financieras. Se habló de un porcentaje de las ganancias obtenidas con la venta de los libros y de royalties. Dicen que no es justo que sus vidas sean expuestas, muchas veces erróneamente, para que los escritores después se vuelvan “millonarios” con lo que publicaron (no hay registro en Brasil de un escritor que se haya vuelto millonario por escribir biografías, al menos que se considere Paulo Coelho como un biógrafo de sí mismo).

Ahora, en razón de la polémica (en muchos casos, negativa) levantada por los dichos y escritos de semejante casta de luminarias de las artes brasileñas (Chico Buarque llegó a decir que no había dado una entrevista que, sí, después se probó que dio, con registro de foto y audio), el grupo ablandó la retórica y viene defendiendo una salida más negociada, que combine los dos principios básicos de respeto a los derechos fundamentales acá confrontados: libertad de expresión y preservación de la intimidad.

El cambio de estrategia está siendo orquestado por los abogados de Roberto Carlos –uno de los que vienen peleando en la Justicia hace años en contra de la publicación de una biografía sobre su trayectoria--, después que Caetano Veloso (según garantiza el diario “O Globo”) hubiera exigido de Roberto una manifestación más contundente sobre el tema.

Es por esto que Roberto, Gil y Erasmo aparecen en un video reciente como parte de un grupo de conciliadores. Como respuesta a la movida de Roberto Carlos, Caetano redactó un texto intitulado “Código” en donde manifiesta estar desconforme con la actitud del cantautor romántico.

En el video de Roberto, el Procure Saber ya no parecería ser el mismo grupo de antes, cuando vociferaba en contra de editores y biógrafos. Pasa que muchísimos de ellos son periodistas que –hábiles a la hora de mostrar incongruencias en discursos ajenos— han expuesto razonamientos y actitudes débiles de artistas que lucharon en contra de la dictadura y, según razonan, ahora, en democracia e irreversiblemente consagrados, plantean matar la posibilidad de una biografía ante la posibilidad de un error de investigación. Para que no llegue una carta equivocada, que sea eliminado el sistema de correos.

Ruy Castro fue directo y duro en su defensa de los biógrafos al decir que “Brasil no puede quedar impedido de saber su Historia sólo porque Roberto Carlos no quiere que sepamos sobre su pierna mecánica”. En otro texto, el músico, profesor de literatura y ensayista José Miguel Wisnik reflexiona sobre si Brasil tendrá que vivir “bajo el signo del silencio”.

Hasta el ministro estrella de la Suprema Corte, Joaquim Barbosa, se ha declarado en contra de la censura previa de biografías, diciendo que las eventuales calumnias deben ser dirimidas por la Justicia, que existe, entre otras razones, para solucionar problemas de esta naturaleza. “Lo ideal sería la libertad total de publicación en que cada uno asume los riesgos. El que cause daño debe responder financieramente.”

Otro ministro del Supremo, Marco Aurélio Mello, fue irónico sobre la opinión de los artistas: “Supe que un jurista de Bahia, Caetano Veloso, está excomulgando la máxima de que ´es prohibido prohibir` (…). El hombre público es un libro abierto”.

Del otro lado del ring, los potenciales biografiados contra argumentan que, hasta que la Justicia reaccione, la calumnia ya fue leída por millones y ya ganó status de verdad. Además, un libro, después de publicado, no puede ser “desleído”, y copias siempre quedan, reales o virtuales.

Gilberto Gil, con su lucidez característica, trató de ubicar la discusión en una dimensión más universalista y menos atada a preocupaciones inmediatas de carácter financiero y mediático: “El debate puede contribuir para tomas de posición más conscientes, más maduras y más equilibradas sobre qué tipo de vida queremos y podemos vivir, sobre si los individuos en los rincones de sus vidas privadas aún deben ser tenidos en cuenta, aún reconocidos y respetados en sus derechos o si ya no importan más”.

En los próximos días, la Suprema Corte entra oficialmente en el tema, al promover una audiencia pública el 21 y 22 de noviembre. También en razón de la polémica encendida, en el Congreso existe la disposición de acelerar la votación de un proyecto de ley que libera la publicación de biografías no autorizadas. Los vientos no parecen soplar a favor de los íconos culturales de la nación.