Las autoridades investigan la comercialización de carne de caballos que habrían servido antes para estudios en laboratorios científicos y empresas farmacéuticas, o que fueron utilizados en centros ecuestres, según fuentes cercanas al caso.
"Por ejemplo, un caballo propiedad de un particular albergado en centro ecuestre y que debía terminar la vida pastando tranquilamente en un prado, la terminó en realidad en el matadero, cuando ese tipo de animales recibe tratamientos médicos que lo tornan impropio para el consumo", precisaron las fuentes.
"También el caballo de laboratorio, con dos casos posibles: servía para la extracción de sangre para la fabricación de vacunas o era cobaya para la investigación científica", agregaron.
"Esto no quiere decir que haya habido riesgos para el consumidor, pero de todas formas la carne de esos caballos no tendría que haber llegado nunca a los platos", explicaron las fuentes.
Según las mismas, cientos de caballos, algunos de ellos comprados al grupo farmacéutico Sanofi, fueron vendidos para ser destinados al consumo después de falsificar u ocultar sus documentos veterinarios.
La investigación fue emprendida a raíz de una denuncia anónima dirigida a fines de 2012 a una administración local dedicada a la protección de la población. Ahora está en manos de un juez de instrucción de Marsella (sur).
Un centenar de gendarmes franceses participaban en la operación llevada a cabo el lunes en el sur de Francia, donde detuvieron a 21 personas.
Entre los 21 detenidos hay varios comerciantes de carne, incluido el presunto organizador del tráfico y un allegado suyo, además de tres veterinarios y un informático.
Uno de los detenidos en Narbona fue llevado por los gendarmes al matadero de la ciudad, constató la AFP.
Caballos impropios para el consumo
En el marco del operativo están previstos allanamientos en firmas de negociantes de carne y en mataderos.
Se realizaron asimismo investigaciones en los locales de Sanofi y en un matadero de Gerona (España), indicó una de las fuentes.
Este nuevo caso relativa a la carne equina va a afectar sin duda nuevamente a la industria agroalimentaria, sacudida a principios de año por el escándalo de la carne equina vendida como vacuna en platos elaborados.
Se descubrió entonces que una empresa del sur de Francia, Spanghero, revendía carne de caballo como carne de vaca, que servía luego para la preparación de miles de platos cocinados comercializados por grandes marcas del sector agroalimentario y por supermercados.
Este escándalo europeo, surgido en febrero en Gran Bretaña e Irlanda, puso de relieve ciertas operaciones ilícitas de la industria agroalimentaria y la gran opacidad de los circuitos de aprovisionamiento.
El ministro francés de Consumo, Benoît Hamon, declaró empero el lunes que hay que hacer la distinción entre este nuevo caso y el escándalo Spanghero.
"Es diferente, en este caso podría tratarse de un problema sanitario", dijo.
En el escándalo Spanghero, había estafa respecto a la mercancía vendida, puesto que la carne de caballo era vendida como de vaca, pero no planteaba problemas sanitarios.
"A principios de año pusimos bajo vigilancia el sector cárnico y el sector pesquero de Francia" a fin de restaurar la confianza, dijo el ministro.
"Francia es el primer país de Europa que inscribió en la ley el etiquetado de origen de la carne en los platos preparados. Esperamos ahora que Bruselas nos dé luz verde, espero que sea en enero", agregó.
Pero, "más allá de esto, está la cuestión de la calidad de lo que comemos. Hay caballos que no deben terminar en nuestros platos ni en las carnicerías", dijo, agregando que "tal es el trabajo de esta investigación, de la que tendremos muy pronto los resultados".