“Adopción” prenatal, otra posibilidad para ser padres

Las parejas que no puedan tener hijos propios por problemas de fertilidad ahora tienen una alternativa a la fertilización in vitro: la transferencia de embriones, un programa creado por el Centro de Reproducción Humana del Interior (Cerhin). Por primera vez en Uruguay se ofrece la posibilidad de que nazcan niños que no son genéticamente de ninguno de sus padres.

Actualizado: 08 de mayo de 2009 —  Por: Cecilia Saibene

“Adopción” prenatal, otra posibilidad para ser padres

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A mediados de 2008, el Centro de Reproducción Humana del Interior convocó a las parejas que habían congelado embriones en su centro, que ya habían tenido hijos y no pensaban tener más. Se les preguntó si querían y podían donarlos. “Cuando estas personas deciden no tener más hijos, muchas veces no saben qué hacer con los embriones. Sin embargo, es una decisión que hay que meditarla”, dijo Rita Vernocchi, directora del Centro.

A quienes estuvieron de acuerdo con la donación se les explicó que sus embriones (que previamente habían sido analizados para saber si estaban en condiciones de ser donados) se destinarían a personas con problemas de fertilidad. Además, se les realizó una evaluación psicológica para saber si están concientes de la decisión que tomaron, descartar los elementos de inestabilidad en la pareja, “y para que no vayan a arrepentirse frente a su decisión”, continuó Vernocchi. Después, se les efectuaron análisis para descartar sífilis, sida y hepatitis B.

Una vez finalizada la revisión médica, los embriones están listos para ser donados.

Desde que se lanzó este tratamiento, se formó una lista de espera en Cerhin. Según publica el diario El País, muchas de las parejas que aspiran a recibir embriones ya se realizaron tratamientos de fertilización con los gametos (óvulos y espermatozoides) propios y no obtuvieron resultados.

A las parejas que van a recibir los embriones también se las somete a varios análisis. Una vez finalizados, se busca que sus características físicas sean parecidas a las de los padres genéticos del embrión (se ve si son altos, bajos, gordos, flacos). “No por estar primero en la lista se realiza primero la transferencia. Eso depende de las características de los embriones disponibles. Tiene que haber coincidencias físicas entre la pareja donante y la receptora”, señaló la directora.

Ese niño que nace es hijo legal de la pareja aunque no tenga el mismo ADN. “La mujer va a ser la madre biológica y la madre legal, pero no la madre genética. Este programa le permite a la mujer la maternidad. El vínculo desde la etapa intrauterina es muy importante. Luego da a luz y amamanta a ese bebé", dijo la especialista a El País.

Para Vernocchi, el objetivo de este tratamiento es que la pareja pueda vivir todas las etapas del embarazo y sentir que ese hijo es suyo, que pueda verlo crecer y generar un vínculo con él desde la etapa intrauterina.

Por esta razón y por el bajo costo, las parejas con problemas de esterilidad “recibieron con buen ánimo la posibilidad de tener el tratamiento”, señaló la médica. La transferencia de embriones cuesta alrededor de 2.000 o 2.500 dólares, mientras que una fertilización in vitro ronda los 4.500. “Lo que se paga acá es el descongelamiento y la transferencia”, indicó.

Además, no tienen que pasar por el trámite engorroso de la adopción. Vernocchi explicó que en Cerhin no están en contra de la adopción, “pero actualmente las parejas están demorando como cuatro años en recibir un niño. Esta es como una adopción prenatal”.

La tasa de embarazos con embriones congelados es de 25 o 30%, un poco menor a la de embriones frescos, explicó la directora.

Anonimato de los donantes

El Centro de Reproducción Humana del Interior confirmó que ya realizó las primeras transferencias, pero no confirma si ya hubo embarazos por este método porque los donantes son pocos.

Quienes pusieron a disposición sus embriones firmaron un documento en el que se desvinculan de ellos y de los niños que pudieran nacer. Además, Cerhin no les informa si sus embriones fueron transferidos y si dieron resultado.

En todo caso, el único que podrá pedir datos sobre su identidad genética es el mismo niño, una vez que cumpla 15 años.

Este anonimato significa, además, que las parejas que necesiten una transferencia de embriones no podrán concurrir al Cerhin con donantes propios (parientes o amigos).