Marcelo Estefanell

¡Al fin!

Esta semana irrumpió en todas partes la noticia más importante del año y, quizás, de un período mayor de tiempo: “EE.UU y Cuba abren el camino para normalizar relaciones diplomáticas”. Dicho con otras palabras, comienza el fin del bloqueo a la isla más grande del Caribe por parte del país más rico y poderoso del mundo. Salvando las distancias y las situaciones, esto se parece al día que nos enteramos de la caída del Muro de Berlín.

Actualizado: 22 de diciembre de 2014 —  Por: Marcelo Estefanell

Hace décadas que llama la atención la tozudez de todos los últimos gobiernos norteamericanos para con Cuba. Por contraste, con China y con Vietnam nunca tuvieron esos resquemores y pruritos, porque en 1972, cuando el Partido Comunista Chino y toda su aparato propagandístico despotricaba contra “La camarilla renegada y revisionista soviética”, contra su principal enemigo, el imperialismo yanqui, y mientras escribían “Nixon” dibujando la cruz esvástica en la X, un día, a fines de febrero de ese año, todos pudimos ver en las portadas de los diarios la foto de Mao y Nixon estrechándose las manos. Quienes éramos militantes políticos por entonces quedamos francamente perplejos. Nunca nos habíamos imaginado semejante jugada diplomática cuando, en esos momentos, la guerra en Vietnam estaba en sus instantes más álgidos y, para más datos, China popular armaba al vietcong por rutas secretas que sólo conocían los guerrilleros. Pocos años después comenzarían “Las cuatro modernizaciones” en la China continental y las gigantescas inversiones japonesas, francesas, americanas y alemanas darían el puntapié a una economía que ya no pararía de crecer hasta nuestros días.

Tampoco imaginamos que luego de la derrota de los americanos en Vietnam, el primero de mayo de 1975, quienes fueron enemigos acérrimos entonces hoy estén negociando un tratado de libre comercio dentro del “Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica”.

La demora por parte del los gobiernos cubano y norteamericano para dar este primer paso luego de más de medio siglo de bloqueo y embargo comercial, solo se explica por la proximidad geográfica de ambos países y por un largo rosario de desencuentros ideológicos y militares: desde el intento de invasión en Bahía de Cochinos apoyada por EE.UU (1961), pasando por la Crisis de los Misiles (octubre de 1962), sabotajes, espionaje y dogmatismo mutuo.

Queda un largo camino por recorrer hasta llegar a un acuerdo pleno. No será nada sencillo. Tal vez, los mismos cubanos de la Florida sean uno de los escollos más importantes para ambas comunidades. En el Senado estadounidense, además, los republicanos jugarán sus cartas y sería aventurado hacer ahora cualquier pronóstico.

De todas maneras, resulta evidente que empezó una etapa auspiciosa para todo el mundo y, con más razón, para Latinoamérica. Hoy se abre una ventana que traerá otras aperturas, otras negociaciones, otros problemas y la esperanza cierta de la libertad más consolidada.



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