La investigación de la Academia Nacional de Ciencias, Ingeniería y Medicina de Estados Unidos también halló que no existe evidencia concluyente de que haya problemas medioambientales causados por los cultivos transgénicos, según se explica en un comunicado de prensa de la institución.
El comité de la Academia examinó casi 900 investigaciones y otras publicaciones sobre el desarrollo, uso y efectos de cultivos genéticamente modificados de maíz, soja y algodón, los mayores cultivos transgénicos hasta la fecha.
De acuerdo al comunicado, el comité “buscó cuidadosamente todos los estudios de investigación disponibles para encontrar evidencia de efectos adversos a la salud directamente atribuibles al consumo de alimentos derivados de cultivos genéticamente modificados pero no encontró ninguna”.
Agregan que los estudios con animales y las investigaciones sobre la composición química de los alimentos transgénicos disponibles en el mercado en la actualidad “no revelan diferencias que implicarían un riesgo mayor para la salud humana que la de alimentarse con sus contrapartes no transgénicas”.
A su vez, dicen que si bien no existen estudios epidemiológicos a largo plazo sobre el consumo de transgénicos, la evidencia disponible “no muestra asociaciones entre ninguna enfermedad o condición crónica y el consumo de alimentos genéticamente modificados”.
Este documento indica que desde 1980 los biólogos utilizaron la ingeniería genética para producir características especiales en plantas, tales como alargar su vida útil en comercios, tener un mayor contenido vitamínico y resistencia a enfermedades. Sin embargo, el texto añade que las únicas de estas características que fue puesta en un amplio uso comercial fue la que permite a los cultivos tolerar los herbicidas o ser tóxicos para algunas pestes de insectos.
Ingrese aquí para ver el documento completo de la Academia de Ciencias de Estados Unidos.