Jorge Sarasola

Brexit se mancha de sangre

El asesinato de Jo Cox – parlamentaria británica – tiene al país de luto preguntándose si la campaña por Brexit ha engendrado las condiciones necesarias para este tipo de violencia.

Actualizado: 18 de junio de 2016 —  Por: Jorge Sarasola

Titular 1: La campaña a favor de que el Reino Unido abandone la Unión Europea se nutre de un fuerte sentimiento anti-migratorio.

Titular 2: Hinchas ingleses causan desmanes en Lille previo al partido de la Eurocopa con Rusia.

Titular 3: Una parlamentaria inglesa es asesinada en plena calle.

Todo aquel que admire la cultura británica (grupo del cual me considero un miembro vitalicio) habrá pasado esta última semana en desazón. La decepción e incredulidad ante los titulares que han dominado la agenda en estos últimos días deben dar pausa a la reflexión.

Como ya ha reportado 180 Jo Cox (41) fue asesinada a la luz del día por un vecino de la localidad que ella representa, Tommy Mair (52), quien aparentemente es afín a la ideología neo-nazi.

Antes de dar su salto a la política a través del Partido Laborista, Cox realizó su carrera profesional trabajando para grandes organizaciones caritativas como Oxfam, y peleando de forma incansable por los derechos humanos de los refugiados.

En su primer discurso parlamentario dijo: “Mientras celebramos nuestra diversidad, lo que me sorprende una y otra vez cuando viajo por el país es que somos mucho más unidos y tenemos muchos más en común que las cosas que nos dividen.”

Según testigos el homicida gritó “Britain First!” o “Put Britain First!” (¡Bretaña Primero!) antes de apretar el gatillo. La frase puede ser leída como un reproche hacia la víctima, ya que ella había abogado en forma voraz por los beneficios de la inmigración, la diversidad y permanecer en la Unión Europea (UE), así como por los derechos de refugiados de instalarse en Europa.

Al mismo tiempo, “Britain First” es un pequeño partido político comúnmente percibido como racista y xenófobo. Vale mencionar que este partido emitió un comunicado condenando el asesinato y negando cualquier vínculo con el criminal.

En la mañana de este sábado 18, Mair declaró en su propio juicio que su nombre era “muerte a los traidores, libertad para Gran Bretaña”. El acusado continúa encarcelado y el juez ha pedido una evaluación psiquiátrica luego de este hecho.

Todo parece indicar que este fue un crimen motivado políticamente en una atmósfera muy tensa por la campaña de Brexit respecto al asunto migratorio.

Muchos comentaristas creen que este hecho trágico podría estar azuzado por el caldeado ánimo colectivo; Polly Toynbee titula su columna para The Guardian, “El ambiente está espeso y hay un parlamentario muerto” y Jonathan Freedland, escribiendo para el mismo periódico, “Si se le inyecta suficiente veneno al sistema político alguien se va enfermar”.

En entrevista con 180, Max Graham, un ciudadano escocés con un Masters en Relaciones Internacionales, nos da su opinión: “No cabe duda que esta campaña venenosa sobre la inmigración ha tenido un impacto en los hechos. Si uno le repite al pueblo hasta el cansancio que nuestro país está a punto de quebrarse, que nuestro país está siendo robado de nuestras manos, ¿qué espera que ocurra? Es un asesinato político, no hay duda.”

El próximo 23 de junio los británicos votarán si desean permanecer o abandonar la Unión Europa (UE) mediante un referéndum. Como analicé en una columna previa ambos bandos tienen argumentos legítimos respecto a la economía, el comercio y la soberanía nacional.

Pero en estos últimos meses la votación pasó de ser una decisión sobre la Unión Europea a transformarse en un referéndum sobre la inmigración. En síntesis: los que militan por Brexit argumentan que el libre movimiento de personas dentro de la UE no favorece al Reino Unido (RU) ya que estos inmigrantes están quitándole puestos laborales a los británicos, colocando gran presión en los servicios públicos, estancando los salarios mínimos, arriesgando la seguridad nacional y amenazando la cohesión de la identidad cultural británica.

Mostrar preocupación por los niveles de inmigración en un determinado país es algo que todos los gobiernos en mayor o menor medida deben hacer, y ciertos argumentos de la “Leave Campaign” pueden ser justificados. El problema es que estamos viendo cómo ciertos sentimientos nacionalistas y de intolerancia encuentran un disfraz políticamente correcto dentro de este discurso anti-inmigrantes.

Horas antes que Cox fuera asesinada, Nigel Farage (uno de los líderes en la campaña por Brexit) inauguró un nuevo póster de su campaña donde se veía una interminable fila curvilínea de refugiados sirios con el slogan: “Breaking Point: The EU has failed us” (Punto de quiebre: la UE nos ha fallado).

El póster fue inmediatamente criticado por diferentes figuras políticas como Yvette Cooper o Nicola Sturgeon por apropiarse del sufrimiento de los refugiados y politizarlo, y también por sugerir de forma absurda que los conflictos bélicos en el Norte de África son culpa de la UE. El uso de la imagen también fue cuestionado por su extrapolación: esa fotografía fue tomada en Eslovenia en 2015, y de ninguna manera refleja la frontera del Reino Unido con Europa.

En Twitter apareció una foto con un parecido tan exacto como preocupante entre el póster de Farage y una imagen de propaganda nazi tomada de un documental de la BBC. En esta imagen se ve una extensa fila curvilínea de judíos y los subtítulos leen: “Los parásitos que trajeron el crimen, caos y corrupción a Europa.”

Cuando Sadiq Khan fue electo como el primer alcalde musulmán de la capital británica, todos elogiaron la capacidad de los londinenses de escoger a la inclusión por sobre la exclusión, la diversidad por sobre el aislamiento, la tolerancia por sobre el prejuicio.

Pero las encuestas demuestran que el Reino Unido se ha transformado en un reino fragmentado: gran parte de la población no quiere ni le interesa celebrar esta diversidad tan aclamada por los londinenses. Ellos quieren “take their country back” (recuperar de nuevo su país).

Días atrás los hinchas ingleses protagonizaron hechos lamentables en la ciudad de Lille bajo el canto de: “Fuck off Europe, we are all voting out!” (¡Al carajo con Europa, vamos a abandonarla!) Un nacionalismo exacerbado a través del fútbol que culminó con hechos de violencia y arrestos.

Puede que todo sea una casualidad. Puede que Cox hubiese muerto un 16 de junio aunque no se votara un referéndum. Puede que los hinchas ingleses hubiesen vociferado los clásicos cánticos en contra de Francia y Alemania de todas maneras.

Pero los seres humanos somos criaturas que nos nutrimos de las circunstancias en las que nos encontramos. Ambas partes de la campaña deben asumir su cuota de responsabilidad por generar el ambiente divisivo, hostil y tóxico que solo necesita la llama de un fósforo para estallar en violencia.

Un famoso cuadro de Goya que lleva la inscripción “El Sueño de la Razón produce Monstruos” muestra a un intelectual dormido mientras una variedad de criaturas nocturnas provenientes de su sueño lo acechan. Tal como este intelectual dormido, el Reino Unido deberá lidiar con los monstruos creados por su sueño separatista. 

 



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