Esta semana el gobierno anunció que aceptaba tratar con la oposición un proyecto de ley de 2013 que aumenta las penas a los adolescentes para delitos graves. El proyecto no tuvo el apoyo del Frente Amplio en la Legislatura pasada.
Cavalli es presidente de la Asociación de Jueces y Operadores Judiciales de Familia, Infancia y Adolescencia y según su experiencia es muy discutible pensar que el sistema hoy es permisivo con los adolescentes.
“En estos días se ha estado hablando de incrementar esta respuesta ante los ilícitos cometidos por adolescentes. Esto, que puede ser muy justificado en algunos casos graves, como el de ahora en el Cerro con el descubrimiento de esos cadáveres que parece de otros países pero aparentemente está llegando al Uruguay. Pero quizás muchos sectores de la población tengan la idea de que el sistema penal uruguayo con respecto al adolescente es muy permisivo, pero entiendo que no es tan así”, afirmó.
Cavalli explicó, por ejemplo, el caso de una adolescente de 14 años que ingresó a una farmacia, “amenazó a la empleada con la hoja de una tijera y sustrajo 500 pesos”.
A las pocas horas fue capturada y la Fiscalía pidió condenarla a dos años de privación de libertad en el Sirpa.
“Habrá gente que me diga que está muy bien, porque si lo hizo tendrá que asumir la responsabilidad. El tema es que en los juzgados miramos otras cosas, no solo la noticia que aparece en el informativo. Esta jovencita, de acuerdo a los informes, hacía dos años que estaba en situación de calle, vivía de pedir comida y cigarrillos en la calle, y cuando se le preguntó por qué estaba en la calle dijo que había sido abusada por su padrastro, y luego de que le contó a la madre, la madre le creyó a él y no a ella y al final terminó con la expulsión del hogar”, explicó.
Cuando fue interrogada por la Fiscalía y el Tribunal “no respondía sino que se reía, y eso fue interpretado por la Fiscalía como que se estaba burlando”.
“Yo interpreto que estaba en una situación límite, con sus derechos a la educación, a tener una familia, a tener un techo, absolutamente vulnerados, y ahora se le venía la privación de libertad durante dos años en lugares, como los centros de internación, que no son del todo prestigiosos”, agregó.
“Que se interprete como una burla es un claro caso de una visión adultocéntrica. Yo entiendo que la adolescente debe ser responsabilizada, pero cabe pensar cuánta responsabilidad puede haber en la familia, en la sociedad toda y en el Estado”, afirmó.
