Una pequeña muestra de un gran artista

En la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, está abierta una exposición del fotógrafo Alfredo Testoni. Hay 27 fotos, entre las que se destacan el gol de Schiaffino en Maracaná y el Graff Spee incendiándose. Hay otras obras de menos peso histórico pero similar impacto visual en una recorrida que permite aproximarse a uno de los fotógrafos más influyentes del siglo XX.

Actualizado: 28 de agosto de 2009 —  Por: Diego Muñoz

Una pequeña muestra de un gran artista

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En el primer piso del edificio de Humanidades, entre un cartel que exige el turno nocturno y afiches que condenan el golpe de Estado en Honduras y destacan la resistencia palestina, hay una muestra de fotos de Testoni. El artista nacido el 1º de junio de 1919 y fallecido el 3 de octubre de 2003, expuso por primera vez hace 60 años en el mismo sitio donde hoy aparecen 27 de sus fotos más destacadas.

Las fotografías están colocadas en cuatro paneles rojos. Al subir la escalera y encontrarse con la exposición, la primera foto que se divisa es la del gol de Juan Alberto Schiaffino en el Mundial de 1950. Es imposible imaginar en tiempos dominados por cámaras digitales, lo difícil que podía resultar en el 50 sacar una foto en el preciso instante en que el uruguayo ponía la pelota en el ángulo izquierdo del arco de Brasil. De hecho Testoni, que concurrió al Mundial como jefe de fotógrafos de El Debate, la tomó con una cámara Spigraf, una de las tres que llevó, que sacaba hasta doce fotografías. El artista no solo tomó esa foto sino también la del segundo gol de Alcides Ghiggia y la del final del partido.

“La posición profesional nos hace primero apretar el obturador y después saltar”, dijo Testoni en un documental televisivo que se emite sobre Maracaná en el mismo lugar de la exposición. Ese profesionalismo no le impidió avisarle a Roque Máspoli que faltaba un minuto para terminar el partido y que Uruguay fuera por segunda vez campeón del Mundo.

Dos fotos impactantes, al costado de la de Maracaná, completan el sector central de la exposición. Son las fotografías del muro vikingo en Oslo y del muro de Montevideo, una parte de su obra que a Testoni le valió varios premios internacionales.

En la muestra, también se destacan algunos de sus “retratos psicológicos”, una serie que el artista comenzó en 1945 y que fue su primer gran salto más allá de la imagen fotográfica. De los más de 50 retratos que realizó en esa serie a personajes de la cultura, están expuestos los del actor Armando Halty, el pintor José Cuneo, los escultores Francisco Matto, Eduardo Díaz Yepes y el pintor Joaquín Torres García. La imagen de esa foto fue la que se utilizó en los, ya fuera de circulación, billetes de cinco pesos.

Testoni se formó en el taller de fotograbado del italiano Gino Lugli y a los 16 años, comenzó a trabajar en el diario El Pueblo. Fue referente indiscutido por más de 50 años de la fotografía en Uruguay y expuso entre otros países, en Italia, Francia, España, Estados Unidos, Alemania y Brasil. La fotografía que le sacó a Luis Alberto de Herrera en 1951, y que utilizó Edmundo Prati para levantar el monumento al político realizado en 1970, está en la muestra, igual que una foto de Zelmar Michellini sacada en 1964 y donde lo retrata de saco y corbata, brazos cruzados y sentado sobre una mesa. Detrás de él y fuera de foco se se divisan varios afiches de la 99 y una foto de Carlos Gardel.

En la exposición también destaca una foto de Paco Espínola en Humanidades, en tiempos en los que el escritor y periodista dictaba clases de composición estilística y literaria, y otra de China Zorrilla y Taco Larreta quienes vestidos con ropa clara y sobre un fondo negro, giran medio cuerpo para mirar hacia la cámara de Testoni.

Dentro de las obras que fueron aportadas por Testoni Studios, se encuentra la histórica fotografía del Graff Spee, tomada el 17 de diciembre de 1939 desde un barco en el que se acercó al navío alemán mientras este se hundía envuelto en llamas. La foto que recorrió el mundo es la más impactante de toda la muestra por su valor histórico y por su belleza artística.

A su lado, subyuga una de similar calidad tomada en el conventillo Medio Mundo. La foto vertical muestra varias cuerdas con cientos de prendas claras colgando en el patio y una señora negra embarazada, colgando un trapo blanco en el único espacio libre. Adelante de ella y tomado de sus piernas, un nene mirándola.

Son apenas 27 fotos de una brillante obra que comenzó en 1935 cuando le sacó su primera foto como profesional a un exiliado español y le salió fuera de foco. Vale la pena contemplar cada una con la admiración hacia un trabajo único e irrepetible.