Choferes de UBER: “no somos ladrones ni idiotas”

No Toquen Nada entrevistó a cuatro choferes que trabajan con la aplicación de UBER. Dicen que se juntaron para “patear el tablero”. Quieren regulación, pagar impuestos y que no se los trate de ladrones.

Actualizado: 03 de octubre de 2016 —  Por: Emiliano Zecca

Choferes de UBER: “no somos ladrones ni idiotas”

Brendan Smialowski / AFP

“No somos ladrones como se dice por ahí, somos trabajadores irregulares o desregulados, pero no por nuestra culpa, somos individuos que hemos puesto nuestros pocos recursos para vivir de un trabajo”, decía la carta con la que estos trabajadores se comunicaron con No Toquen Nada.

Luego aceptaron una entrevista y dieron su nombre de pila, aunque comprobamos que efectivamente los cuatro eran choferes de UBER. Daniel fue el más activo en la nota, pero el resto también dio su opinión. Lo acompañaron Alberto, Emanuel y uno más que no quiso aparecer ni con su voz, ni su nombre.

“Llegó el momento. Tenemos que patear el tablero y ahora escúchennos, que no nos menosprecien y que no nos subestimen porque no somos idiotas. Cuando le hicieron una emboscada a un señor que era poco menos que un embajador de Dios en la tierra, porque se había quedado sin trabajo, invirtió en un coche, tenía cinco pibes, lo encierran y montan un circo. Había muchos laburantes, pero el que habló y decía Yankees go home no era un laburante, que dijo que se moría de hambre y que ganó 700 pesos en la noche, no es así. Sale cuando quiere, entonces, a mí no me molestó la actitud del obrero que estaba perdiendo su viaje. Lo que me molestó es que apareciera un señor en una moto de la IM y le quitara la chapa. Qué poder hay acá para que un mortal común y corriente llama a la división de Tránsito y le mandan un individuo para que funcione de guardia pretoriana. Que alguien me lo explique”, sostuvo Daniel.

Los choferes que usan Uber sienten que están en una situación de persecución permanente y quieren respuestas del Estado. La idea de salir públicamente a plantear la situación es porque esperan agrupar a unos 500 de los más de 2.000 que hoy usan la aplicación.

“La idea es trascender y que seamos un integrante más de cualquier mesa de negociación. Los 2.000 y pico no se van a anotar, pero si juntamos 500, el plan que tenemos es que a los choferes que utilizan UBER no nos menosprecien, no nos dejen de lado porque queremos llegar a algún tipo de regulación. Después cuando UBER arregle con el Estado y la IM, reformularemos, pero se ha perdido mucho tiempo, UBER cumple un año en Uruguay en noviembre y todavía se discute. Empiecen por nosotros los choferes, que nos pregunten cuánto ganamos y que se pague BPS por eso. Yo tengo Fonasa porque mi esposa trabaja. ¿No es más fácil cobrarme algo a mí, que yo aporte al BPS que es un sistema solidario para otras jubilaciones? Cóbrenme algo a mí y después veremos cómo lo pagamos, quién lo paga, cómo cambian nuestros ingresos. Cada paso va a traer consecuencias diferentes. Que hagan una caja de ahorro y la gente vaya aportando ahí”, dijo Daniel.

Los choferes dicen que UBER lo único que hace es pagarles las multas para que sigan trabajando y nada más. Muchos incentivos que les daban al comienzo no existen más y entienden que hay una relación de dependencia con la empresa.

“Que desembarcaba UBER en Uruguay se supo antes de que los tipos estuvieran acá, no es nada nuevo, en el mundo desembarcan así. Son como los vikingos, los tipos desembarcan y arrasan con todo. Nosotros tenemos una relación inexistente, no conocemos a nadie. Salvo un grupo que tiene acceso a algún representante. Después el resto no tenemos nada”, afirmó.

UBER dice que los choferes que usan su aplicación son “socios”, pero este grupo no lo ve así. “Eso es un juego de palabras. Nosotros consideramos que tenemos una relación de dependencia. Esto es muy sencillo, UBER te cobra 100 pesos y a nosotros nos da el 75% de la comisión, pero UBER es el que cobra al usuario y después nos da a nosotros la comisión que cobramos a la semana”, dijo Daniel.

En la carta en que se presentaron los choferes dicen que un gran porcentaje de los que hoy trabajan con UBER son “individuos mayores de 50 años, sin trabajo y con posibilidades mínimas de entrar al ruedo del mercado laboral”. “Otros son más jóvenes, en la misma situación de desempleo, vieron en esto una alternativa a no sufrir vicisitudes, jubilados y asalariados que aprovechan algunas horas al día para arrimar a sus ingresos algún dinero más, utilizando sus horas libres para realizar esta tarea”, agregan.

“Las zanahorias que se pusieron para los conductores fueron muy atractivas, o sea, cuando UBER arrancó lo hizo con un montón de promociones, objetivos e incentivos y muchos salieron desesperados de sus trabajos para ponerse a trabajar con UBER. Otros estábamos sin trabajo y nos subimos al auto para tratar de vivir medianamente bien”, sostuvo Daniel.

Daniel pertenece al primer grupo, pero Alberto estaba en una empresa que cerró. Eran 18 trabajadores que quedaron en la calle. “Seis teníamos vehículo y nos pusimos a laburar en UBER. Incluso otros compañeros compraron vehículos y se iban a poner a trabajar también”, contó.