Rusia espera por nuestra Generación Dorada

Uruguay le ganó 2 a 1 a Paraguay, llegó a 27 puntos y quedó a un paso del Mundial. La selección supo sufrir y cuando peor la pasaba hizo los dos goles. Federico Valverde tuvo una presentación de lujo.

Actualizado: 05 de setiembre de 2017 —  Por: Diego Muñoz

Rusia espera por nuestra Generación Dorada

DANIEL DUARTE / AFP

Sudáfrica 2010, Brasil 2014, Rusia 2018, mundiales juveniles, jugadores que vienen desde la Sub17 o Sub20 y que debutan en la mayor para luego quedarse durante años. Todos esos logros tienen en común a Óscar Tabárez y a nuestra Generación Dorada.

Otra vez Uruguay dirá presente en un Mundial. Por más que aún falte el formalismo, todo está hecho. Después de 44 años la Celeste estará presente por tercera vez consecutiva en el torneo de fútbol más importante del mundo.

Lo volvieron a hacer estos tipos. Volvieron a hacer feliz al pueblo, a demostrar de qué están hechos. Volvieron a dejar claro que les gusta más enfrentar desafíos extremos que comer el chivito con la mano. En el Defensores del Chaco se enfrentaron a Paraguay, que estaba obligado a ganar, y se impusieron. Como antes lo hicieron ante Ghana en el 2010, o ante Argentina en la Copa América, o ante Venezuela en las Eliminatorias para Brasil, o ante Inglaterra o Italia en el Mundial. O como lo hicieron cuando Suárez y Cavani estaban suspendidos al comienzo de la actual Eliminatoria. Este equipo es inmortal.

Trancar con la parte del cuerpo que lo amerite, aprovechar cada posibilidad que ofrezca el juego, defender su territorio y esperar la mínima posibilidad para atacar, no escatimarle nunca al roce y la fricción, están en el ADN de la selección de Tabárez.

Contra Paraguay la pasó mal. Tras un primer tiempo rústico, los locales colonizaron el campo y fueron por el gol. Entonces se agigantaron Fernando Muslera, Diego Godín y Josema Giménez. Imperial, el triángulo tuvo una actuación sobresaliente. Pero bastó que tuviera aire para cruzar el mediocampo para que Valverde sacara un tiro que rozó en un rival y se transformó en el 1 a 0. El grito desaforado del pibe fue otra demostración de la década ganada. Hoy fue Valverde. Antes fueron Lodeiro, Coates, Muslera, Giménez.

Su andar y su clase permiten vislumbrar un Valverde dueño del mediocampo de la Celeste. En su debut oficial pasó la prueba de fuego con sobresaliente. Jamás renunció a su juego o se limitó por las circunstancias del partido.

El partido se planteó con Uruguay algunos metros más adelante que ante Argentina. La Celeste quiso tener la pelota, cuidarla, avanzar con criterio. Lo consiguió en los primeros minutos. Bastó que Paraguay detectara que por el lado de Maxi Pereira había problemas en la marca que intentó por ahí y el partido se niveló.

Rústico y sin chances de gol para ninguno de los dos Uruguay tuvo mucho fuego y poco juego, sobre todo cuando la agarró Valverde.

Los primeros 25 minutos del segundo tiempo fueron de Paraguay. Los de Arce apretaron, dominaron el medio y se lanzaron sobre Muslera. El arquero, la pareja de centrales y la fortuna evitaron que la selección quedara en desventaja.

Como un animal acorralado, en guardia pero sin miedo, Uruguay esperó su posibilidad. Llegó a los 74 y la aprovechó Valverde. Cuatro minutos Gustavo Gómez anotó en cntra después de una corrida de 30 metros y un tiro de Suárez que pegó en el palo.

Sobre el final descontó Ángel Romero.

Fue una tarde del 2006 en New York. Tabárez recién se había hecho cargo de la selección y varios no habían ni atendido el teléfono para la convocatoria.

El técnico enfrentó al grupo y les dijo que lo único que iba a pedir era compromiso a la causa, porque si no era imposible conseguir nada. Les dijo que les permitiría que jugaran mal un torneo pero no que fallaran en la adhesión.

Eso generó todo lo demás y en esta doble fecha volvió a quedar demostrado. Una estrella con espíritu amateur que se recupera en 15 días de una lesión para estar, un goleador de nivel mundial capaz de jugar donde lo pongan, tipos que arriesgan todo por la camiseta celeste. Tipos peleando por lo que les corresponde dentro y fuera de la cancha. Haciéndose valer. #MásUnidosQueNunca. Una vez más el plantel que formó Tabárez dejó claro que es lo mejor que le pasó al deporte uruguayo en medio siglo.

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