El viagra, un fármaco que sirve para tratar la disfunción sexual en los hombres, fue lanzado al mercado hace 20 años en Estados Unidos. Desde entonces se han vendido miles de millones de unidades de este medicamento cuyo principio activo es el sildenafil.
Su uso se extendió a partir del desarrollo de genéricos y copias, que muchos consumen sin una recomendación médica. Según la reglamentación vigente en Uruguay, este fármaco debería venderse bajo receta médica.
“Cuando uno hace extensivo el uso de un medicamento y lo utiliza para todo, no sabemos qué puede interaccionar con qué. Son riesgos que se están tomando, por eso hay que intentar tomar cada vez menos medicamentos y no tomar para cada una de las cosas que nos pasan en la vida. El sedinafil tiene efectos secundarios, los más frecuentes son los mareos, pero el año pasado se publicaron investigaciones sobre pacientes que han desarrollado melanoma, son estudios muy recientes, pero se hace tan popular el uso, que las reacciones poco frecuentes empiezan a aparecer”, explicó el químico farmacéutico Ismael Olmos.
Por su parte, el psiquiatra Mauricio Toledo advirtió sobre el aumento de los riesgos que se genera cuando hay una combinación con otras sustancias químicas. “Tiene que ver con cómo se metaboliza, porque el metabolizador principal es el hígado y los medicamentos compiten por los mismos sistemas y eso puede generar los efectos adversos”, dijo.
Olmos agregó que hoy en Uruguay no existe una posibilidad de contar con relevamientos independientes sobre el consumo de este u otros medicamentos y sus efectos.
“Estamos muy lejos de lo que pasa a nivel regional y mundial porque no tenemos una Agencia Nacional de Medicamentos, como pasa en Argentina, en Brasil o España. No sabemos cuánto consumimos de todos los medicamentos, estamos un paso atrás”, sostuvo.
