A la hora de comercializar plaguicidas, existe una lista que prohíbe la venta de 50 productos sin un registro previo. La lista es dinámica y está regida por el Convenio de Rotterdam, integrado por 160 países, entre los que figura Uruguay.
Los importadores o fabricantes de estos compuestos deberán aplicar para registrarlos ante la Dirección General de Servicios Agrícolas del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca para poder ingresarlos al país.
En el proceso de registro, los funcionarios analizan diferentes cuestiones para decidir si autorizan el producto. Si lo rechazan, el vendedor deberá cooperar para evitar que la transacción se realice.
Gerold Wyrwal, secretario del Convenio de Rotterdam, explicó que “los países de exportación deben cumplir con los deseos de los países compradores. Si un país quiere dejar de importar un producto, el exportador debe cumplir y no enviar más material”.
Para que los registrantes tengan más herramientas, la FAO los capacitó para manejar una plataforma en línea que contiene información en tiempo real sobre las decisiones de otros países en relación a cada producto.
Gero Vaagt, consultor en plaguicidas de la FAO, destacó que a través de esta plataforma se facilita el intercambio de información entre países. “Es como un manual para el trabajo con las aplicaciones de las empresas privadas que buscan vender plaguicidas en los distintos países. Así se facilita el acceso a diferentes informaciones y datos de todo el mundo y el intercambio entre autoridades de cada país”, dijo Vaagt.
