“Repetir una fórmula sería el principio del fin” para La Vela

“Las premisas fueron: disco rockero, simple y para tocar en vivo”. Eso es Destilar, el nuevo disco de La Vela Puerca para su líder Sebastián “Enano” Teysera.

Actualizado: 26 de mayo de 2018 —  Por: Mauricio Erramuspe

“Repetir una fórmula sería el principio del fin” para La Vela

La Vela Puerca presenta Destilar (Foto: MARCOS MEZZOTTONI)

Destilar es el séptimo disco de estudio de La Vela Puerca. Luego de festejar sus 20 años y con unos nueve meses sabáticos en el medio, una de las bandas más populares de Uruguay y la región, sacó un disco que la representa cabalmente. 

El “Enano” habló con 180 de este nuevo material.

Destilar tiene varias interpretaciones. ¿Cuál es la que hacés vos respecto al concepto de este disco? Hay transiciones, cambios, transformaciones en casi todas las letras.

Si, el proceso de destilación es el de transformar una cosa en otra. Cada uno es un elemento que tiene su esencia, se junta, pasa por una especie de alambique musical, y eso se transforma en una canción.

Creo que la vida misma es así, o algunos de nosotros estamos pasando por ese proceso constantemente. El Cebolla siendo padre por primera vez... desde puntos diferentes, creo que se puede tomar de esa manera. El concepto es ese.

Vienen de celebrar los 20 años y ese proceso se sigue produciendo de maneras distintas en ustedes. En un grupo que está armado, que toca hace dos décadas, la transformación se sigue produciendo en conjunto y resultando en discos, trabajos, obras...

Cuando uno va a hacer un disco nuevo, lo primero que se plantea es tener un nuevo desafío. Eso es lo que es un disco: un nuevo desafío. No somos una banda a la que le guste repetir fórmulas. Consideramos que para nosotros, por la idiosincrasia de La Vela, repetir una fórmula sería el principio del fin, algo que a los seis meses te aburrís de tocar.

Siempre estamos en una búsqueda de un nuevo desafío. Ese desafío representa una transformación, un reinventarse. Cada vez se hace más difícil porque pasan los años y ya no sabés de qué manera reinventarte. Pero siempre fue esa la premisa, no repetir fórmulas, tratar de reinventarse de alguna manera, líricamente, sonoramente, patear un tablero.

Ustedes se plantearon un año sabático luego de celebrar los 20 años y vos hiciste varios viajes. ¿Eso influyó en las letras que compusiste para el disco?

No creo (risas). Ni siquiera me llevé la guitarra. Nada. Me fui un mes y medio, agarré un auto e hice el norte de España. Hacía muchísimos años que no viajaba solo, desde 1996 que me fui de mochilero. Siempre lo hice en pareja o con la banda. Entonces me gustaba el desafío de volver a viajar solo, libre, me quedo, no me quedo, me voy, hago lo quiero, en el anonimato total, sin guitarra. Así que no creo que haya salido mucho de ahí. Fue una gira gastronómica.

Lógicamente, capaz que en el inconsciente uno lo tiene y después cuando va a escribirlo más o menos sabe de dónde sale. Pero yo creo que es de cosas anteriores. De ahí, mismo que hice hasta el esfuerzo de nada... Me iba solo. Yo si no toco con alguien en un fogón, si agarro yo solo la guitarra, no me canto una canción. Si la agarro y estoy solo, automáticamente me pongo a laburar con la melodía. Me costó mucho no laburar.

Decías que necesitás del fogón y al escuchar el disco me dio la sensación de que La Vela se ha transformado en una banda que también precisa del vivo. En Destilar hay varios temas que tienen vocación de estadio.

Un poco lo buscamos. Las premisas fueron: disco rockero, simple y para tocar en vivo. También por los tiempos que teníamos, no podíamos hacer una cosa súper intelectual o conceptual. No daban los tiempos. Nosotros teníamos ganas de hacer un disco cero conceptual, muy simple, para adelante. Un, dos, tres, cuatro... canciones de tres minutos o menos, para tocar en vivo y divertirse.

Está clara la intención. Vos decís que es para divertirse pero en realidad es introspectivo.

A mí me gusta es dicotomía. Musicalmente y melódicamente es muy simple, no hay solos de guitarra prácticamente, no hay grandilocuencia. Pero sí líricamente hay un mensaje que aunque sea en tres minutos te deje pensando.

Eso está en la identidad de La Vela.

Sí. Para La Vela toda la vida una canción fue 50% letra, 50% música. Como lo dividimos en Agadu... (se ríe)

La fórmula funciona... La Nube, el primer corte del disco, es un cuestionamiento a la virtualidad que estamos viviendo.

Al mundo moderno.

Esta cosa de exposición pero no de involucramiento. Vos no tenés redes, ¿ustedes se dividen como banda esa parte? Hoy para una banda es imposible no estar en ese mundo.

Cada banda maneja las redes de diferente manera. Nosotros tenemos nuestra manera. A mí no me dan nada porque si fuera por mí tendrían telas de araña. Prefiero estar en otras cosas. Más donde vivo, si tengo tiempo libre, hago una canción o me voy pescar en la chalana.

Eso es en el entorno de Piriápolis, donde grabaron el video. Ahí también hay una invitación a la reflexión...

Sí, para el que vive de esa manera. Con doble click estás en millones de lugares del mundo pero no... dejate de doble click, levantá el culo y andá. A la aventura, a lo real, a tocar la arena de verdad.

El video es un poco cruel pero es así.

Seguís creyendo en esa misión de la música popular o del artista popular. Ahora hay una cosa más pop, más lavada, culo, teta, pum pum...

Si, claro. Es mi rol lograr un mensaje sin ser dueño de la verdad ni abanderado de nada, lograr tocar ciertas fibras y hacer emocionar, reflexionar o algo. Ser un herramienta para algo, totalmente en contra de lo banal y superficial. Es una herramienta tener una banda donde te escuche la gente.

En el posteo del video en Youtube hay miles de comentarios, en su inmensa mayoría elogiosos. Algunos agradecen que les haya aparecido La Vela en las listas de tendencias de la red. “Gracias por el rock”, decía uno. Ustedes terminan jugando un papel de defensa de un género al ser una banda tan popular y aparecer en estas listas que hoy van más para el reguetón.

Si, si. Es el punto negro. Está buenísimo. Yo creo que la diversidad está buena. Cuando pasa eso, venís de cierto palo y de repente, ¡pum!, aparece otra cosa. Es como yo escucho música. No escucho una sola cosa, escucho un montón de cosas. Soy muy rocola. Me gusta el metal, el folclore, el reggae, el jazz... Pero no más de media hora. A la media hora ya me pudrió, tengo que hacer otra cosa.

A La Luna de Neuquén la escribiste para una amiga que falleció.

Una amiga que conocí en el Cabo (Polonio), el verano de 2017, en un fogón. Ella no paraba de cantar Samba de usted y nos conocimos, seguimos en contacto, ella amaba el folclore, amaba a Raly Barrionuevo. Y empezamos a mandarnos folclore. Ella mandaba Cafrune, Falú, Atahualpa y yo le mandaba Tabaré Etcheverry, Zitarrosa, Mateo, Larbanois Carrero... de todo.

La historia es que ella no está más entre nosotros y a mí se me ocurrió hacerle este homenaje. Esta canción. En uno de los versos decía “Raly canta con vos Samba para usted” hasta que en un momento entando en Córdoba veo que estaba de gira Raly con Lisandro Aristimuño, que es muy amigo, y pensé en sacar ese verso e invitarlo. En lugar de cantar “Raly canta con vos” que venga él y la cante.

Lo llamé al Lisandro, le conté la historia y le dije que me gustaría hablar con Raly. Él estaba con Raly, me pasó, le conté la historia bastante triste y le encantó la canción.

Era una mujer joven.

Ella tenía 23 años.

Foto: MARCOS MEZZOTTONI

En esos comentarios que te mencionaba recién, unos les agradecían que sigan siendo los mismos y otros les cuestionaban no cambiar. ¿Cómo manejan ese tema de las expectativas luego de cuatro años sin sacar un disco de estudio?

A través de la honestidad, la sinceridad y no subestimar al público. Para bien o para mal, te puede gustar lo que hicimos o no, pero que es creíble, sincero y honesto, lo es. Así es como nosotros combatimos todo eso, mostrándote lo que tenemos ganas de hacer. Eso va estudiado de alguna manera porque nunca fuimos una banda totalmente egoísta ni totalmente condescendiente.

Después está el que te dice que no cambies nunca. Eso no existe. No cambies tu esencia, por ejemplo no hagas algo que no es honesto y sincero. Eso es cambiar en tu esencia y ahí la cagaste. Pero la vida es cambio.