La Cámara de Senadores dio sanción definitiva al proyecto de ley de que prohíbe la fabricación y venta de bolsas de plástico que no sean biodegradables y sean entregadas para transportar productos al consumidor en cualquier punto de venta.
Para que comience a hacerse efectiva, la ley dispone de 180 días para que el Poder Ejecutivo la reglamente.
Además se establece el cobro de cada bolsa que se utilice en los comercios.
"El cobro no tiene un fin recaudador sino de cambio de patrón cultural. Así está estudiado, así apasó en los países que lo implementaron como Inglaterra, Irlanda y Francia. No tiene el fin de recaudar sino de desestimular una práctica a través de dos mecanismos: la barrera de precio y generar la discusión", dijo Nario.
"A todos nos ha pasado en nuestra casa de hablar de por qué se cobra, genera esa discusión que permitió poner en discusión el problema del plástico y, sin que se votara la ley, ya hay un impacto. La propia discusión de la ley generó un impacto que es muy visible: a los lugares que vas ves que hay más chismosas, más cajas", agregó el jerarca.
Al principio la propuesta incluía un impuesto al consumidor final "para destinar ese dinero a las políticas de promoción del tema de las bolsas". "Finalmente fue de las cosas que no quedó en la propuesta, así que hoy eso se lo queda el comercio que lo cobra", explicó Nario.
"El comercio va a tener la obligación de cobrar la bolsa. Tiene que ponerle el precio que va a fijar el Poder Ejecutivo. Eso es una preocupación de Cambadu, que los supermercados tienen mejor posicionamiento de compra, por eso va a haber un precio unificado: el supermercado, la feria o el bar de la esquina van a cobrar el mismo precio la bolsa"; agregó.
El precio "tiene que ser algo que se sienta pero tampoco exorbitante".
"La ley establece que los comercios tienen que aportar a campañas de difusión. Vos recaudás un poco más, pero si salgo a hacer esta campaña tenés que sumarte y aportar en función de lo que vendas", dijo Nario.
