Cómo es el trabajo con uno de los ganadores del Nobel de Medicina

Diana Bonilla dijo a No toquen nada que su jefe, flamante ganador del Nóbel de Medicina, “es una persona bien grande en el estudio básico de la inmunología, por todo lo que hizo desde hace 30 años hasta hoy”. La doctora en Microbiología e Inmunología es investigadora del centro MD Anderson, que lidera el doctor James Allison, uno de los premiados este año.

Actualizado: 03 de octubre de 2018 —  Por: Redacción 180

Cómo es el trabajo con uno de los ganadores del Nobel de Medicina

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Sobre la sorpresa al recibir la noticia dijo que Allison “había estado nominado en años anteriores. Siempre nos levantábamos temprano a escuchar los resultados pero este año no teníamos esperanzas en el Nobel, no esperábamos que hubiera un premio para tratamientos de cáncer, pero me llegó un mensaje del centro MD Anderson con el aviso de que había ganado. Fue muy emocionante y también un poco triste por no poder estar allá”.

Allison comenzó como investigador de ciencias básicas, estudiando las células T del sistema inmune, que cuidan al cuerpo pero no logran combatir a las células cancerígenas.

Entonces, “fascinado con ver qué receptores activan y bloquean estas células, se cruza con la oncología y encuentra que no tiene un tratamiento que no sea tan invasivo como la quimioterapia, radiación y cirugía”, contó Bonilla.

A partir de entonces enfoca su trabajo en la inmunoterapia, un tipo de tratamiento contra el cáncer que busca la activación del propio sistema inmune del individuo y que le permite alcanzar la destrucción de las células cancerígenas.

“Una persona es suficiente”

Bonilla explicó lo que provocan los resultados de estudios que repercuten en la vida de las personas. “Es una gran sorpresa hacer un ensayo clínico y ver que el 30% de los pacientes sobrevivieron. Son 100 personas viviendo gracias a esta nueva alternativa. Hay que ver por qué sobrevivieron y seguir”, relató Bonilla.

Además, contó que Allison festejó su cumpleaños recientemente y entre los invitados estaba una de las personas que sobrevivió al primer ensayo realizado hace 18 años: “Nos dio una charla y contó su experiencia tras una sola dosis”.

“Con ver solo a una persona que vive por esto ya es suficiente emoción”— Bonilla.

“Tenía un melanoma metastásico para el que en ese momento no había ninguna solución. Era una sentencia de muerte”, agregó Bonilla.

La doctora también destacó que la paciente se animó a participar de un ensayo clínico que “tuvo muchos detractores al comienzo, porque es algo muy riesgoso. Ella no tenía muchas opciones al momento, entonces lo aceptó. Ahora, verla seguir con su vida, con una familia y haciendo muchas cosas es emocionante”.

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