Cuando hay corrupción “la confianza en la política no desaparece, se va para otro lado”

La presidenta de Transparencia Internacional, Delia Ferrerira, habló sobre las consecuencias de la corrupción y los caminos posibles para enfrentar este problema.

Actualizado: 05 de octubre de 2018 —  Por: Emiliano Zecca

Cuando hay corrupción “la confianza en la política no desaparece, se va para otro lado”

Foto: 180/s.d (Todos los derechos reservados)

Hoy existe “desconfianza” en las instituciones. “Es algo que sucede en general, en el mundo”, dijo la presidenta de Transparencia Internacional durante una conferencia en Uruguay.

“Y cuando se pierde la confianza en la política, en la democracia, esa confianza va para otro lado, no desaparece. Por ejemplo, se va a otros sectores políticos y sociales: movimientos de populismos, nacionalismos, esa tendencia que hoy vemos en el mundo tiene que ver con la pérdida de los valores de las instituciones liberales democráticas”, afirmó.

Ferreira recordó que la región Latinoamericana, cuando recuperó la democracia tenía muchas esperanzas puestas en ella, pero los políticos defraudaron muchas promesas. “La corrupción genera estados ineficientes, que pierden recursos, y por eso hablamos de un problema de derechos humanos a nivel mundial. Por eso hasta el Crimen Organizado financia partidos políticos, les sirve un Estado que no pueda dar respuestas”, sostuvo.

El camino para enfrentar este problema es largo y tiene pequeñas respuestas, explico la abogada. Por ejemplo, una medida que se puede tomar es exigir la declaración de conflicto de interés de los funcionarios públicos. “Es algo que hasta se debería enseñar a los niños en las escuelas. Porque la corrupción no tiene que ver sólo con los grandes negociados, tiene que ver con el día a día también. El conflicto de interés es una tema central en nuestra región. Sobre todo cuando los gobiernos que asumen vienen del sector empresario porque ahí los conflictos de interés son cosas de todos los días. No es que con la declaración se eliminen, pero es un área a tratar en la actividad pública, hay que tener un buen mecanismo para detectarlos, se supone que las declaraciones juradas públicas -y subrayo públicas- de los funcionarios no solo deben incluir aspectos patrimoniales, sino también deben incluir los intereses. Ahí es dónde está el problema. Tenemos que detectarlos y gestionarlos, es decir, ver qué solución se les da porque a lo mejor esa es la persona indicada para el cargo. Entonces, o se los desinteresa o no puede participar de alguna decisión que se toma en su área vinculada al conflicto de interés”, agregó.

Uruguay, el mejor en Latinoamérica

Uruguay es el país mejor posicionado de Latinoamérica en el ranking de Transparencia, que se elabora en base a la percepción que existe sobre el sistema público. Ocupa el puesto 23 y si se toma en cuenta a todas las Américas, solo están por encima Estados Unidos y Canadá.

El ranking releva la percepción en 180 países desde hace 22 años. El puntaje máximo que se puede obtener es 100 en el caso de los países percibidos como más transparentes y cero para los más corruptos. En el mundo, el 69% está por debajo del 50 puntos y en Latinoamérica solo hay tres países por arriba (Uruguay, Chile y Costa Rica).

Ferreira explicó que los mayores consumidores del índice son los inversores y que la percepción negativa que existe no se debe interpretar como un fracaso.

“Esos resultados no nos hacen bajar los brazos ni significa que ahora haya más corrupción que antes, ahora se ve más y se circula más la información. Algunos se preguntan por qué medimos percepción y no tomamos casos judiciales. Bueno, porque si tomáramos casos judiciales en un país muy eficaz para perseguir la corrupción tendríamos muchos casos y a lo mejor eso sería una buena señal, y quizás tendríamos países donde no habría ningún caso y eso no implicaría que no hay corrupción, podríamos tener una justicia ineficiente. Por eso decidimos trabajar sobre la percepción. El índice se refiere a la percepción que existe del sector público por parte expertos, académicos, bancos de desarrollo, hay 13 fuentes de investigadores que producen el material con el que trabajamos para elaborar el índice de índices”, sostuvo.

Dinamarca, el segundo país mejor posicionado, sufre actualmente uno de los casos más importantes de su historia vinculado a la corrupción. Ferreira dijo que este es un ejemplo que sirve para mostrar cuál es la diferencia entre países. Eso está marcado por la reacción que se tiene ante el hecho de parte de los organismos estatales y de la sociedad. “Se acaba de descubrir el más grande caso de corrupción de lavado de dinero con un banco involucrado desde Rusia, mafias, y todo lo que se puedan imaginar en Dinamarca. Sin embargo, ese es el segundo país mejor percibido en el sector público ¿Por qué? Porque el propio banco fue el que detectó, puso la luz amarilla, la roja, hizo las denuncias, el organismo de supervisión bancaria actuó y demás. Entonces, hay mecanismos que detectan la corrupción y reaccionan”, afirmó.

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