Joel Rosenberg

Vázquez: excusas, tautologías y optimismo

Tabaré Vázquez hizo un balance de su gestión con una tautología, un par de excusas, alguna hipótesis aventurada y una proyección optimista con poco sustento.

Actualizado: 27 de diciembre de 2018 —  Por: Joel Rosenberg

Una frase marca el tono de la exposición que realizó en un almuerzo de la Asociación de Dirigentes de Marketing: “Acá la modificación del ADN estuvo en el concepto de la necesidad de cambiar el ADN de la educación en nuestro país”.   

Esa frase no es solo una idea circular sin ninguna conclusión. Es, además, una muestra cabal de que Vázquez nunca impulsó un verdadero cambio estructural en la educación, que siempre se quedó en la metáfora, y que ahora se ahogó en ella. En esa frase se puede leer una autocrítica involuntaria de una reforma que el gobierno nunca empezó, un cambio de ADN que el presidente jamás encaró ni comprendió.

En otra área clave del país el presidente eligió una arriesgada hipótesis contrafáctica y dijo que las rapiñas hubieran bajado un 30% de no haberse implementado el nuevo Código del Proceso Penal. Vázquez juega a los supuestos mientras los datos oficiales muestran que las rapiñas, hurtos y homicidios tuvieron un fuerte incremento en el primer semestre de 2018.

Vázquez había hecho una promesa de bajar un 30% los hurtos y rapiñas. Después cambió y habló de bajar un 30% solo las rapiñas.

Es cierto que en 2016 y 2017 se logró contener la suba y hasta bajar un poco la cantidad de denuncias de rapiñas. Pero en el primer semestre de 2018 la suba fue enorme: un 55%. Y la mirada a largo plazo muestra que el Frente Amplio no pudo detener en 14 años de gobierno el aumento de este delito. Las rapiñas eran poco más que 9.000 por año en 2005 y podrían llegar a ser más de 27.000 en 2018. Tres veces más.  

El CPP tuvo un comienzo complicado: su implementación no fue la mejor. Pero culpar al nuevo Código del aumento de delitos que crecen hace décadas es usar una excusa casi infantil.

En esto de adelantar el futuro Vázquez tuvo otra aventurada hipótesis en la que quizá leyó mal los datos. Dijo que el país crecerá entre 2,5% y 5% en 2019. Ese crecimiento -de hasta un 5%- no está en las últimas proyecciones públicas del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) ni en las de ningún analista económico. ¿Puede pasar? Sí, claro. El problema es que el optimismo de Vázquez no parece tener asidero en los datos de hoy, en la realidad. Parece más un error de lectura optimista del presidente.

En materia económica Vázquez también arriesgó una opinión polémica: dijo que el ingreso de dinero por los cincuentones que se pasaron de las AFAP al BPS se puede considerar como la rebaja genuina de un punto del déficit fiscal.

El economista Gabriel Oddone había destacado en No toquen nada la transparencia del Ministerio de Economía: dijo que el MEF señaló que no se puede contabilizar ese dinero de los cincuentones para bajar el déficit, porque es un “efecto transitorio”. Oddone dijo que “ninguna persona seria” puede entrar en el juego de bajar un punto del déficit fiscal al considerar ese dinero.

Un día después de esa entrevista Vázquez usó ese argumento.

Fue un balance extraño, errático del presidente. Sonó incluso apurado por irse: en un momento dijo que le quedaba un año y “una docena de días” de gobierno. Vázquez se olvidó de enero y febrero de 2020.

En ese punto se puede coincidir con el presidente: fue un discurso para el olvido.



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