La historia del aval de López Mena

Juan Carlos López Mena asumió el pago del aval de la subasta de los aviones de Pluna y terminó en un pleito judicial con el Banco República, en el que ya obtuvo su primera sentencia favorable. En términos legales, el empresario no tenía obligación para asumir el pago, pero su decisión se explica por una historia que lo tiene como protagonista.

Actualizado: 25 de febrero de 2019 —  Por: Redacción 180

La historia del aval de López Mena

Juan Carlos López Mena y José Mujica en una imagen de archivo (Adhoc ©Javier Calvelo)

López Mena le ganó al Banco República (Brou) un juicio por el pagó del aval de la subasta de los aviones de Pluna. El juez Guzmán López Montemurro falló a favor del empresario y consideró que no corresponde el pago de saldo que restaba abonar por parte de López Mena y además obligó al Brou a devolver las sumas de dinero que ya se habían pagado por parte del empresario.

La historia reciente del aval comenzó el 12 de diciembre de 2012, cuando el fideicomiso creado por ley intimó judicialmente al Banco República por el pago del aval de la subasta de los siete aviones de la ex Pluna. Esto generó que a su vez el Brou intime a Boston Seguros, que se negó a pagar. En medio de esta disputa, López Mena se comprometió a pagar el aval y el 19 de marzo de 2013 firmó un acuerdo con el Brou en el que se establecieron las condiciones de pago.

En términos legales la decisión del caso de López Mena fue atípica, porque era un tercero ajeno a la causa que decidió asumir el pago. Sin embargo, el empresario argentino quedó implicado en una maniobra para obtener los aviones, que quedó al descubierto públicamente y que lo tuvo incluso en medio de una causa penal.

En ese acuerdo firmado entre López Mena y el Brou se estableció que el empresario se haría cargo de la póliza de 13.688.516 dólares. Primero entregó 888.516 y el resto, unos 12.800.000, lo haría en ocho cuotas semestrales de 1.600.000 dólares. La última vencía en el mes de enero de 2017.

En el punto siete de este contrato, López Mena condicionó el pago a lo que suceda con un pedido de inconstitucionalidad presentado por los acreedores de Pluna contra la ley que creó el fideicomiso y la subasta de los aviones de Pluna. “En caso que la normativa en base a la cual se estructuró la subasta de los aviones quedara sin efecto o resultare inaplicable por prosperar las acciones legales promovidas al respecto por sentencia ejecutoriada, y por ende si ello implicara entre otras la nulidad del remate y en consecuencia del aval otorgado por el Brou al MEF, el convenio se resolvería sin más trámite y de pleno derecho, debiendo el Banco reembolsar las sumas ya abonadas en las mismas condiciones en que los sumas fueron abonadas”, estableció la cláusula séptima del acuerdo.

Finalmente, esa ley fue considerada inconstitucional por la Suprema Corte de Justicia en noviembre de ese año y eso hizo caer el acuerdo del aval firmado entre López Mena y el Brou. “Esta condición se ha cumplido porque la inconstitucionalidad de la ley dictada por la SCJ implicó por ende para el caso concreto la nulidad de todos los actos realizados en función de la ley 18.931 (incluida la subasta y el aval)”, explicó el juez López Montemurro en su sentencia.

Según el Brou, López Mena llegó a pagar 8.000.000 millones de la deuda. Pero ese dinero deberá ser devuelto en caso de confirmarse la sentencia en segunda instancia.

A su vez, el Brou, que ya le pagó el aval, ahora le reclama la suma abonada al MEF. En su sentencia el juez López Montemurro le dice al banco que el MEF fue citado en garantía y si tiene algo que reclamarle éste no es el ámbito. En todo caso, el Brou tendría que impulsar otra instancia civil.

El origen del aval

Antes de la subasta de los aviones de la ex Pluna, Hernán Calvo Sánchez, “el caballero de la derecha” que levantó la mano y resultó ganador del remate en representación de la empresa Cosmo, le envió un mail a Antonio Álvarez, el dueño de la empresa, para avisarle que se iban a presentar.

Ese mail decía:

Antonio

Tal como hablamos por teléfono, voy a presentar la oferta x Cosmo de los aviones de Pluna.

En cuanto termine te llamo y te cuento que tal salio.

Obviamente que no implicara ningun compromiso para Cosmo, quizas algo a nivel mediatico.

Te aviso por si algun periodista llamase a tu oficina (no creo), pero en tal caso diles que tienes un funcionario en la Subasta (no des nombres tampoco), y si preguntan no digas que tienes relación con Buquebus.

Álvarez difundió ese mail en algunos medios uruguayos cuando fue citado a declarar en la causa penal.

En una entrevista posterior realizada con el empresario español, Álvarez dio su versión de cómo se consiguió a 180 y dijo que Calvo Sánchez lo llamó un domingo y le contó que el Brou había garantizado el aval. “Yo no podía hacer frente a esa compra, evidentemente. Es más, usted cree que el Brou me da un aval a mí sin haber pisado Uruguay, sin saber nada de nada. Solo tengo contacto con un ministro, no se quién es, me dicen que le mande un mail y yo lo hago ¿Por qué? Porque yo estoy en un negocio en el que voy a ganar 13,5 millones de dólares. Pongo mi cara, mi empresa. El contacto con el ministro es posterior a la compra. Este es un secreto que solo sabemos todos: yo hasta el día de la subasta no sabía que el banco se llamaba Brou”, dijo.

Sin consecuencias penales para López Mena y Calvo Sánchez

El fiscal especializado en Crimen Organizado, Luis Pacheco, pidió el archivo de la causa que tenía como indagados a López Mena y Calvo Sánchez por la subasta de los siete aviones de la ex empresa Pluna SA.

Pacheco estudió las responsabilidades penales de ambos por su participación en la subasta y pidió el archivo de la causa porque no encontró posibles delitos penales. El fiscal consideró que no hubo estafa porque eso implicaría que los indagados realizaron “estratagemas o engaños” para obtener un beneficio y perjudicar a un tercero, que en este caso sería el Estado uruguayo.

Sin embargo, en su resolución explicó que López Mena “captó” el interés de la empresa española Cosmo en el remate y mantuvo reuniones con las autoridades uruguayas para viabilizar su presentación, o sea que no ocultó su rol en esta subasta. Según el fiscal, todo se hizo dentro de las normas civiles y comerciales aplicables, por eso las vicisitudes que siguieron luego del remate se resolvieron en ese marco, sin perjuicio de las responsabilidades penales atribuidas a los funcionarios públicos, ambas abordadas en el expediente principal.

Noticias relacionadas