Según los datos del informe de Gestión y Sistema Informático Perinatal del Hospital de la Mujer, el año pasado hubo 6.191 nacimientos, dentro de los cuales 40 recién nacidos murieron.
El año pasado hubo 27 bebés de pretérmino extremo que murieron (en 2017 habían sido 19) y este grupo, que tiene alta morbilidad, impulsó el aumento de la tasa.
“Hubo un aumento de la prematurez extrema. Esto quiere decir que nacieron más niños (con peso) menor a mil gramos. Al producirse esto y teniendo en cuenta la inmadurez que estos niños tienen en relación a los más grandes, esto hace que muchos de estos fallezcan en el primer mes de vida o en los primeros 28 días. Eso aumenta la mortalidad”, explicó Castro.
Los nacimiento de pretérmino extremo son bebés que pesan menos de un kilo y tienen en esas franjas la morbilidad es mayor. El año pasado hubo hasta un caso de menos 500 gramos.
Dentro de esos 40 que murieron, 23 lo hicieron antes de que se cumpliera la primera semana de vida. Otros 14 murieron luego de la primera semana, pero antes de los 28 días. Los 3 restantes murieron después.
El aumento se da dentro de un contexto de números bajos.
En 2017 hubo más nacimientos que en 2018. Fueron 6.275 nacimientos en el Pereira Rossell. Al mismo tiempo murieron menos bebés que en 2018. Hubo 32 fallecidos lo que marca una tasa de 5,1/1.000. La de 2018 fue de 6,5/1000.
La variación sufrida este año está dentro de los valores que se registraron en los últimos años. En 2016 la tasa había sido 5,2, en 2015 fue 6,7, en 2014 fue 7,6 y en 2013 había sido 6,5.
