La primera a partir de marzo del año pasado impulsado por un cambio global en las perspectivas de tasa de interés, que hizo que la mayoría de las monedas del mundo se depreciaron respecto al dólar.
Sin embargo, en los últimos meses la depreciación del peso uruguayo parece ser producto de fenómenos regionales.
“Fue el día que los bonos americanos tocaron un rendimiento del 3% y ahí a nivel global empezó a haber una mayor preferencia por el dolar. Fue un punto de quiebre donde se terminaba el ciclo de tasas bajas que veníamos arrastrando desde 2008”, dijo Capurro.
Después hubo un proceso que tuvo “una primera ola” en abril y mayo de 2018, después otro empujoncito en octubre y ahora otro empujoncito desde marzo de 2019.
“Seguramente las razones que están detrás de cada uno de estos empujoncitos son distintas pero todo empezó con este proceso global de fortalecimiento del dólar”, afirmó.
El dólar se instaló en los últimos días arriba de los 35 pesos.
Según Capurro los perdedores de esta variación en el tipo de cambio son, a grandes trazos, los consumidores y los importadores.
Dentro de los sectores que se benefician está el sector agroexportador, que tiene la mayoría de sus ingresos en dólares y ve cómo se abaratan sus costos de producción con precios en pesos.
Para Capurro el impacto sobre los perdedores es inmediato y los ganadores verán el efecto diferido en el tiempo.
“Cuando sube el dólar rápidamente las compras se retraen. Uno está por comprar una casa, un apartamento o hacer un viaje, sube el dólar, y dice para esperar dónde para. El efecto negativo sobre los perdedores es instantáneo. El efecto positivo sobre los demás sectores, pensando en el PBI, en la actividad, es mucho más demorado”, afirmó Capurro.
Luego se refirió específicamente a la situación del sector exportador que viene de una situación muy complicada en los últimos tres o cuatro años. Ahí se “ve la suba del dólar como un proceso favorable pero son más diferidos. Si vos mirás la historia lo que sucede cuando el dólar salta o se deprecia rápido como ahora, el consumo se ve afectado rápidamente y los efectos positivos sobre los otros sectores son mucho más diferidos”, explicó.
