Miguel Ángel Dobrich

Me quiere mucho, poquito, nada

Hollywood adapta, refrita e importa. En 2007 reclutó a dos realizadores encadenados al cine de arte y ensayo: Michael Haneke (Funny Games U.S.) y Wong Kar Wai (Con Ánimo de Amar). En vuestro videoclub de confianza, Oriente se funde en Occidente con El sabor de la noche. Hong Kong quedó fuera de foco y un puñado de historias de (des)amor se desarrollan en los Estados Unidos.

Actualizado: 23 de diciembre de 2008 —  Por: Miguel Ángel Dobrich

El Sabor de la Noche

Road movie-Drama romántico. 93’, Hong Kong-China-France, 2007

Dirección: Wong Kar Wai

Guión: Wong Kar Wai & Lawrence Block

Con: Norah Jones, Jude Law, David Strathairn, Rachel Weisz, Natalie Portman.

Wong Kar Wai es un especialista en narrar historias de amor que podrían haberse concretado. En su obra, el paraíso es el pasado, un pasado empapelado de humo, omisiones y bajadas en slow-motion por escaleras cíclicas.

Como tantos otros largometrajes, El Sabor de la Noche es un juego fuera de contexto. Woody Allen ha recobrado fuerzas con esta práctica tras haberse instalado en Inglaterra y Barcelona, John Woo se ha perfeccionado en Hollywood (ante la duda ver Contracara o Misión Imposible II) y Michael Haneke ha rodado obras memorables en su Francia adoptiva.

Ante esta clase de experiencias, el espectador se ve forzado a juzgar qué es lo que gana o pierde un filme de autor en offside.

Quien haya visto Con Ánimo de Amar, 2046 o La Mano (Eros), notará una omisión clave en My Blueberry Nights, la del director de fotografía Chris Doyle (la sinergia entre este caballero y el máximo de los formalistas del séptimo arte contemporáneo ha generado escenas y secuencias bellísimas); su lugar es ocupado por el iraní Darius Khondji (Se7en, Alien 4, Funny Games U.S.) que, inadecuadamente, le da una estética anacrónica (noventosa) a las múltiples historias de amor que laten en la pantalla. Otro cambio a no obviar es el del combo actoral: Maggie Cheung, Tony Leung y Gong Li son enrocados por Norah Jones, Jude Law, David Strathairn, Rachel Weisz y Natalie Portman (la nena me reitera tics de multiloca lovely: hay tufillo a Closer). En pocas palabras, lo de los caucásicos no es incorrecto pero sólo Jones y Strathairn se lucen.

Quizás lo más inadecuado de esta obra sea su esfuerzo por tapizar silencios. El detalle asonante de El Sabor de la Noche es la voz en off epistolar. Pero, se reitera, no todo es desacierto. La banda sonora melanco-poética amerita el masoqueo de todo aquel que suponga que tiene alma. Atentos a la versión de armónica de Yumehi’s Theme y, por supuesto, a Ruth Brown, Cat Power, Norah Jones, Amos Lee y Cassandra Wilson.



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