Ante la sorpresa del lugar al que han llevado las cosas, el militar explicó a 180darwin que “las vías diplomáticas se agotaron. La Real Academia tiene que defender el lenguaje de alguna manera, nunca pensamos que íbamos a tener que llegar a esto… igual por las dudas tenemos mil millones de euros anuales destinados al armamento bélico. De alguna forma hay que asegurar que se respeten las reglas lingüísticas, y no saben el respeto que genera una lluvia de tomahawk última generación (lo de `última generación` es en referencia a la generación que va a parar de pechito los misiles, atrás de esa no viene ninguna)”.
La gota que rebalsó el tintero fue la distorsión indignante, según la RAE, de los términos “solidaridad” y “dignidad”. Autoridades de la entidad, que siguen con especial atención al periodismo deportivo uruguayo y su permanente agresión al lenguaje desde hace tiempo, se enteraron del caso Julio Ríos y su renuncia en la Sport 890, “pensamos que iba a ser para mejor, el abuso que hacía ese hombre de los vocablos, a los que prácticamente prostituía, poniéndolos en lugares que no iban y utilizándolos a su capricho y antojo de manera indiscriminada, nos tenía preocupados como preocupa a las autoridades judiciales la pornografía infantil”. Sin embargo, se encontraron con la consiguiente “solidarización” de sus compañeros y la histórica declaración en Punto Penal de Julio Ríos: “la dignidad está intacta” mientras llorisqueaba en un primer plano. “No pueden expresar solidaridad por una renuncia y quedarse con el horario del programa y los relatos del sujeto con el que se solidarizan (N.R: hace referencia al caso de Alberto Sonsol, que se solidarizó un viernes y el sábado ya estaba relatando en su lugar, al tiempo que el lunes ocupaba las tres horas de programación diaria que anteriormente eran de Ríos). Que ellos se mientan entre ellos a su antojo, pero que no hagan público ese entrevero de terminología porque la gente va a entender cualquier cosa por `solidaridad`, y eso le hace muy mal a la lengua y a la sociedad… ni hablar de alguien que dice `la dignidad está intacta` mientras solloza en cámara, ¿conocen algo más indigno que esperar a que prendan una cámara para llorisquear? ¿Cómo le explico a un niño que vio eso, que no hay nada más alejado de la dignidad que ir a llorar a un programa de tele? Es una provocación más fuerte que la del torpedo norcoreano, ahora que se la aguanten”, afirmó, visiblemente exaltado, el vocero de la RAE, no sin antes pedir disculpas por cualquier error de sintaxis hijo de la calentura.
