Son las nueve y media de la noche en la esquina de 18 de julio y 8 de octubre. En medio de la calle, unas cinco personas hacen explotar los últimos fuegos artificiales de la noche, los que cerraron cada discurso de los disertantes del acto. La cuerda de tambores y las bailarinas de Cuareim 1080 ya terminaron su actuación, se suben al ómnibus y se pierden en la noche. La mayoría de las 1.000 personas que estuvieron se dispersan mientras algunos hacen cola para saludar a Magurno que los abraza y besa dentro de la casa que pertenece a la Agrupación Amigos de Oscar Magurno. Bordaberry quiere subir al Chevrolet Vectra gris, pero antes recibe besos de señoras, abrazos de señores, un comentario al oído de una muchacha que le dice que escuchó a todos los candidatos y que se decidió por él y un hombre de unos 40 años que grita “bajá la edad de imputabilidad”. “Mirá el programa” contesta Bordaberry.
Un rato antes, el candidato Colorado habló unos 15 minutos cerrando el acto organizado por la lista 2000. Bordaberry comenzó diciendo que si “Oscar tiene esa fuerza, ese empuje” nadie puede “dudar ni por un instante” y le agradeció “al amigo Facello”, organizador del acto. En su discurso interactuó con la gente y confesó que una señora le dijo que se “tenía que reír más” y que lo estaba poniendo en práctica. “Me quiero casar contigo” le gritó una mujer del público a lo que Bordaberry contestó: “mi señora va a estar muy contenta… y tu marido también”. Todos rieron.
Dedicó gran parte de su discurso a los jubilados. Dijo que van a estar incorporados al Sistema Integrado de Salud y que “en estos cinco años se olvidaron” de ellos. También propuso “eliminar el impuesto a las jubilaciones” y recordó que eran ideas de José Batlle y Ordoñez. Fue la primera vez que nombró al caudillo colorado. Después lo hizo tres veces más.
Igual, Batlle y Ordóñez quedó por debajo de Pinatto a la hora de las menciones. Más allá del error del presentador del acto que pidió un aplauso “para la señora Nery Pinatto”, el director de un programa de televisión y de una consultora fue nombrado por todos, salvo Magurno y Bordaberry. El más efusivo a la hora del destaque fue el candidato a vicepresidente, Hugo De León, que dijo que la “única encuesta real es la de Pinatto”, que le da 22% al Partido Colorado. El ex jugador criticó a los medios, destacó que “Pedro es el mejor candidato” y dijo que los nacionalistas “estaban adelante como un potrillo blanco con la montura colorada, pero esa montura volvió a nosotros y le vamos a tirar de la cola para pasarlos”.
Antes de De León, habló Oscar Magurno. El candidato a primer diputado fue ovacionado mientras saludaba con sus manos y tiraba besos. A la hora de hablar señaló varios sectores de la tribuna y dijo que “ahí tengo la gente del Cerro, del Monarca, de Toledo Chico, toda esa gente que me apoya porque yo los voy a apoyar a ustedes. Nadie va a poder detener que yo trabaje por ustedes”.
El discurso de unos tres minutos de Magurno fue el más aplaudido de la noche. Era evidente que la mayoría de quienes estaban allí lo habían ido a acompañar a él. El acto era en la puerta misma de su local político y más allá de la presencia de la fórmula colorada, el protagonista era el primer candidato a diputado por la 2000.
Sobre las siete de la tarde, cuando todavía faltaba una hora para el comienzo del acto, los nombres de Pedro, Hugo y Oscar aparecían pintados en dos ómnibus estacionados sobre 8 de octubre. Minutos después, llegaron dos ómnibus repletos, con banderas de Magurno y la 2000. Un grupito de jóvenes le confiesa a 180 que va “a votar al Pepe” y que están allí “porque queremos plata y queremos comer”. Uno de ellos dijo que concurren a los actos porque les dan “hamburguesa, cerveza y coca”.
Unos metros más adelante, una señora explica que junta la gente del barrio “Ansina 2, detrás del Cementerio del Cerro”. “Con Bety nos encargamos de organizar el viaje y el ómnibus lo contratan ellos” dice y comenta que ya sus “antespasados” eran colorados y que no está conforme con el candidato del Frente Amplio, José Mujica, porque “no tiene cultura ni educación y no se sabe ni arreglar ni hablar”.
Dentro del salón y a la espera de la orden para subir al escenario, hablan animadamente los integrantes de la fórmula colorada, Magurno, Pinatto y el técnico de fútbol Luis Ronco López.
Cerca de la primera fila, donde se sentaron Sanguinetti, Hierro y el ex canciller Didier Opertti, una señora de 84 años aguarda ansiosa un mano a mano con Bordaberry. “Soy católica y quiero preguntarle si él va a apoyar el aborto. Si lo apoya, no lo voto. Votaré a Lacalle”, dijo y descartó apoyar al Frente Amplio. “De ninguna manera, si los pudiera matar, los mataba a todos”, explicó.
Entre los espectadores también hay un señor que se vino de Bella Unión porque “Magurno es una gran persona” y un joven de Piedras Blancas que votará por primera vez y apoya a Magurno porque “en el barrio ha ayudado a mucha gente, incluso de los asentamientos”.
Son casi las 10 de la noche. Quedan muy pocas personas dentro del local. Ya se fue Bordaberry, De León, Pinatto, Moglia, López y el resto. Magurno sigue saludando, pero se hace un tiempo para explicarle a 180 por qué tienen que votarlo el 25 de octubre. “Soy como vos. Vos sos un trabajador y yo soy un trabajador. A vos el director de la radio no te va a nombrar y a mí tampoco, no me dirigen los grandes. Yo soy uno como vos por eso en este país la gente como vos y como yo, que trabajamos y estudiamos, triunfamos”.