La tasa será de 0,5 dólares por persona por noche en los hoteles tres estrellas y de un dólar para cuatro y cinco estrellas, con un tope máximo de cinco dólares.
El contador Gustavo Viñales, colaborador de No toquen nada, especialista en temas tributarios explicó el mes pasado, cuando surgió la propuesta, que se trata de un tributo muy común en muchísimos destinos turísticos del mundo.
“Este tipo de tributos se ha implementado en los principales destinos turísticos del mundo. No digo en aquellas ciudades del primer mundo, que mucha gente ha dicho que primero habría que ofrecer los servicios del primer mundo y después ponemos los impuestos del primer mundo. Ocurre en París, Roma, Berlín, Nueva York, todas ciudades del primer mundo, pero después está en la Rivera Maya, Cancún, República Dominicana en Punta Cana, zonas de Argentina, de Brasil, Ecuador, Tailandia, Dubai, Marruecos, Croacia, Rumania, Hungría, Lituania, Malta, Islas Maldivas, y puedo seguir”, afirmó.
Viñales destacó además el hecho de que no se trata de un nuevo tributo sobre los ciudadanos sino de un cobro muchas veces imperceptibles para los turistas que vienen del exterior y que fue reclamado por el propio sector turístico.
“Fue promovido por el sector, por los operadores turísticos. No es un tributo que tenga la oposición del sector al que se pretende gravar. Al contrario”.
—Viñales.
Más allá de esos apuntes favorables a la iniciativa el especialista en materia tributaria dijo que la forma de crear el impuesto genera el riesgo de que sea inconstitucional y que la mejor forma de encarar esta iniciativa sería una ley nacional para destinos turísticos.
El proyecto contó con todos los votos del Frente Amplio y de un edil de la oposición.