Jorge Sarasola

Brexit: la hora de la verdad

El martes próximo Theresa May apuesta todo su capital político en una votación que probablemente perderá, con consecuencias impredecibles para su gobierno.

Actualizado: 09 de diciembre de 2018 —  Por: Jorge Sarasola

En 2017, Liam Fox, promotor del brexit y hoy ministro británico, aseguró que un tratado de libre comercio entre el Reino Unido y la Unión Europea (UE) sería uno de “los más fáciles de concretar en la historia.” John Redwood, otro parlamentario conservador declaró durante la campaña que “salir de la UE será rápido y fácil porque el Reino Unido tiene las mejores cartas para jugar” en las negociaciones. David Davis, uno de los principales arquitectos de la campaña a favor de Leave, había afirmado en 2016 que “habría un acuerdo de libre comercio y un arreglo aduanero finalizado para marzo de 2019.”

No hay que ser un remainer fervoroso para reconocer que las fantasías de los brexiteers han sido aplastadas por la realidad de las negociaciones. Los últimos dos años demuestran que abandonar la UE no ha sido ni rápido ni fácil, y las conversaciones para concretar dicho acuerdo de libre comercio no han siquiera comenzadoformalmente. 

Hace algunas semanas el gobierno británico y la UE acordaron los detalles del “WithdrawalAgreement.” Este documento de 585 páginas define los términos de salida el 29 de marzo de 2019. El documento es acompañadopor una declaración política de 26 páginas – que, a diferencia del acuerdoque lo precede, no es vinculante jurídicamente– donde ambas partes expresan sus buenas intenciones para desarrollar un acuerdo comercial en la siguiente fase de las negociaciones.

El primer punto a destacar es que se ha negociado un período de transición de casi dos años (hasta diciembre de 2020) donde poco cambiará. El Reino Unido permanecerá dentro del mercado común y la unión aduanera, pero dejará de participar en el bloque a nivel político. 

Entonces, si las negociaciones por un acuerdo comercial no han siquiera comenzado y si poco cambiará a partir de marzo 2019, ¿en qué consiste lo pactado en este documento? Se podrían resumir sus contenidos en tres puntos cardinales.

  1. Derechos de los ciudadanos. Cerca de tres millones de europeos viviendo en el Reino Unido y un millón de británicos en Europa mantendrán los mismos derechos de residencia y seguridad social que hoy gozan. Mrs.May hubiese querido limitar estos derechos a aquellos que arriben al Reino Unido antes de marzo de 2019, pero perdió esa batalla con la Unión Europea que insistió en que la fecha límitese extendiese hasta el final del acuerdo de transición. Unciudadano europeo puede entonces adquirir estatus de residente en el Reino Unido siempre y cuando llegue antes de diciembre de 2020. 
     
  2. El monto a pagar. Cualquier divorcio involucra el delicado tema de pagamentos, y esta no fue la excepción. El gobiernobritánico se comprometió a pagar aproximadamente U$S 50 mil millones dólares como contribución al presupuesto europeo hasta 2020. 
     
  3. La frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte.Como muchos vaticinaron durante la campaña en 2016, este tema se ha convertido enunafastidiosa piedra en el zapato de los negociadores que aún no han podido sacudirse del todo. Tanto la UE como el Reino Unido están de acuerdo en que desean evitar la creación de una frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte que tiene el potencial de acrecentar las tensiones históricas entre estos dos pueblos. El problema es cómo lograr esto una vez que Irlanda esté dentro de la UE e Irlanda del Norte fuera. Ambas partes se comprometieron a encontrar una solución a este tema a través del acuerdo comercial que será negociado a partir de marzo 2019 (en otras palabras, patearon la pelota hacia adelante). Pero en este documento acordaron una cláusula donde se establece que en caso de que no se concreteuna relación comercial que evite una frontera antes de diciembre 2020, entonces el Reino Unido entero permanecerá dentro de la unión aduanera europea de forma indefinida.

¿Porqué, para aquellos euroescépticos conservadores, es este último punto tan polémico? El pueblo británico votó Leave en junio de 2016, y ahora parece que no habrá una salida real hasta diciembre de 2020. En caso de que se active esta cláusula, el Reino Unido podría permanecer dentro de la UE hasta 2021, 2022 o quien sabe cuando. Algunos dirán que este es un intento subrepticio para mantener a ambos bloques unidos de forma indefinida. Agregado al hecho de que el gobierno acordó pagar un monto generoso y que no podrá controlar la inmigración europea hasta el final del acuerdo de transición, muchos ven a este ‘WithdrawalAgreement’ como la confirmación de que la UE ha doblegado a Mrs. May en las negociaciones. Por último, es solo una vez que el Reino Unido salga de manera definitiva de la UE que podrá negociar sus acuerdos de libre comercio bilaterales (uno de los principales argumentos a favor del voto por Leave). Muchosbrexiteersahora ven cómola concreción de dichos tratados continúa postergándose hacia un futuro cada vez más lejano.

A pesar de que desde 10 Downing Street se está utilizando todo tipo de maniobras y presiones (no en vano la House of Cards original es británica) para que los parlamentarios indecisos apoyen al gobierno, todos los pronósticos sugieren que el acuerdo no será aprobado en la Cámara de los Comunes cuando se vote el martes. 

El laborismo – salvo quizás unos pocos rebeldes –  votará en contra porque espera que esta derrota cause un derrumbe estrepitoso del gobierno conservador. Los Liberales Demócratas y el Partido Nacional Escocéslo rechazarán porque están a favor de un segundo referéndum. El sitio webConservative Home estima que entre 68 y 105 parlamentarios conservadores irán en contra de su propio partido. El único aliado del gobierno en el parlamento, el partido norirlandés DUP, también le bajará el pulgar a esta propuesta.

Si este tratado es rechazado, nadie sabe con certeza que ocurrirá. Repasemos algunos de los posibles escenarios:

  1. Renegociación. Asumiendo que la derrota no sea muy humillante, Mrs. May vuelve a Bruselas y consigue alguna concesión que aplaque las preocupaciones de sus colegas. Se vota nuevamente y el acuerdo es aprobado. Hay quienes especulan que el pánico en los mercados financieros desatado por el rechazo al acuerdo en una primera instancia convencerá a muchos parlamentarios a aprobarlo en un segundo voto.
     
  2. Cambio de primer ministra. Mrs. May ve al voto como una derrota personal y renuncia, o su partido la destituye. Una elección interna entre conservadores intentaría encontrar un líder con mejores chances de unir al partido detrás de una nueva visión del brexit.
     
  3. Elección nacional. La primer ministra intentaría saltar por sobre la oposición de los parlamentarios e iría a las urnas. Un voto por Mrs. May se convertiría en un voto por su visión del brexit.
     
  4. Segundo referéndum. El callejón sin salida en el parlamento obliga a que la pregunta vuelva al pueblo para una ratificación final. 
     
  5. Abandonar la UE sin acuerdo. La opción con menos consenso por sus posibles consecuencias nefastaspara la economía, conocida como el “salto al vacío”, es salir de la UE sin ningún tipo de acuerdo el 29 de marzo de 2019. 

Todas estas opciones parecen poco probables y tienen oposición de varios bandos. Asimismo, escenarioscomo un segundo referéndum o una elección nacional implicarían una postergación de la salida oficial hasta después de marzo de 2019 ya que distorsionarían significativamente el cronograma actual. Esta parálisis parlamentaria deriva del hecho de que no parece haber una mayoría en la Cámara para ninguna de las principales opciones (el acuerdo negociado, otro referéndum, un brexit más duro o salir sin acuerdo).Pero lo cierto es que en caso de una derrota del gobierno el martes, la política británica cruzará el umbral hacia un terreno desconocido e impredecibledonde cualquier cosa puede suceder. 


Las negociaciones confirman que es imposible reconciliar las promesas de la campaña con una ruptura radicalentre ambos bloques. Mrs. Mayha optado por un camino más céntrico, respetando las premisas fundamentales del voto por el brexit pero cediendo ante la UE en algunos puntos para tener acceso a sus mercados. El problema es que a medida que se acerca la hora de la verdad, las opiniones de los parlamentarios parecenalejarse del centro y polarizarse entre aquellos que abogan por un segundo referéndum y otros que añoran un brexit con menos lazos a la UE. 

El reconocido economista JK Galbraith una vez describió a la política como el arte de elegir entre lo desagradable y lo desastroso. Como regalo navideño adelantado, Mrs. Mayhabrá pedido que el miedo a la segunda de estas dos opciones inste a sus colegas a inclinarse por la primera. 



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