“El 99% de las arañas del mundo no son peligrosas para los seres humanos”

Dos investigadores del Instituto Clemente Estable explicaron a No toquen nada la raíz del miedo a las arañas y las razones para dejar de temerles.

Actualizado: 26 de enero de 2019 —  Por: Redacción 180

“El 99% de las arañas del mundo no son peligrosas para los seres humanos”

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Antes de entender cómo dejar de tenerles miedo a las arañas, la doctora en Ciencias Biológicas Anita Aisenberg, especializada en Comportamiento animal y selección sexual en arácnidos, explicó de dónde surge el temor.

“Son animales de los que uno no puede prever su comportamiento ni entender mucho qué es lo que quieren ni a dónde van. Uno ve un perro o un gato y más o menos sabe qué es lo que busca pero la araña es un animal nocturno, rápido, peludo (en la mayoría de los casos), tiene veneno y no le podemos sacar mucho la onda de lo que va a querer hacer. Todo eso es lo que genera miedo”.

Sin embargo, la mayoría son inofensivas para el ser humano. “En general las arañas son capaces de inocular veneno, que puede ser más complicado para algunas personas que para otras, pero son muy pocos los casos peligrosos de picadura de arañas” indicó el investigador Carlos Toscano, especializado en comportamiento sexual en escorpiones y opiliones.

A pesar de que el 99% de las arañas del mundo no son peligrosas para los seres humanos, la recomendación es “no tocarlas, si se las quiere sacar de algún lugar hay que agarrar un vasito y un cartón, la araña no es una mascota”.

Más beneficios que problemas

Aisenberg y Toscano explicaron que el ataque a humanos no es parte del plan de ninguna araña, que solo ataca por defensa o miedo. “Es cierto que son cazadoras y depredadoras pero no son tontas. El veneno es un producto caro de producir, requiere de un buen estado del animal y no está pensado para capturar seres humanos. En algunos casos el veneno puede afectarnos pero son casos muy puntuales y que se pueden manejar de manera sencilla con la asistencia adecuada”.

Sobre las ventajas de no matarlas, Toscano recalcó que las arañas tienen un “montón de información que nos permite entender cómo funciona la maravillosa y por momentos caótica naturaleza, son controladoras de insectos perjudiciales y los casos peligrosos son muy puntuales. En resumen, nos aportan mucho más que el daño que nos puedan ocasionar”.

Por su parte, Aisenberg destacó que “son tan parte de nuestra naturaleza como otros animales que despiertan más simpatía en el humano. Están ahí para ser descubiertos y cumplen un rol fundamental en nuestro ecosistema como predadores”.

“Las arañas comen moscas, mosquitos y cucarachas, insectos que son mucho más molestos que las arañas y que transmiten enfermedades. Las arañas no transmiten enfermedades” —Aisenberg.

A su vez, Toscano enfatizó que “el miedo a las arañas es más del adulto, los niño tienen cierta curiosidad innata sobre este y otros animales, no tienen pruritos de que les parezca un asco o un animal terrible. Quizá un poco al comienzo, pero después inmediatamente se abren y la actitud de los niños es fundamental para nosotros, porque son la primera línea de defensa de estos animales que muchas veces se encuentran amenazados”.