Jorge Sarasola

Cómo las elecciones europeas se convertirán en un referéndum simbólico sobre el Brexit

Las elecciones europeas del próximo 23 de mayo se perfilan para convertirse en un campo de batalla entre Leavers y Remainers que fracturará el bipartidismo británico

Actualizado: 12 de mayo de 2019 —  Por: Jorge Sarasola

Más de uno ha comparado al Brexit con aquella película protagonizada por Bill Murray, Groundhog Day (Día de la Marmota), donde el personaje principal se ve forzado a repetir el mismo día una y otra vez, ad infinitum. La reiteración interminable de los argumentos Leave vs Remain desde 2016, Theresa May presentando el mismo acuerdo en la Cámara de los Comunes en tres ocasiones sucesivas solo para verlo rechazado con vehemencia, y los fútiles viajes a Bruselas para obtener concesiones inexistentes son solo algunos de los ejemplos que refuerzan la idea entre el público británico de estar atrapados en una pesadilla donde el tiempo se desplaza en forma circular.

De acuerdo con el cronograma establecido, el Reino Unido habría debido abandonar la Unión Europea el 29 de marzo. La inhabilidad de la Cámara de los Comunes de votar por un acuerdo obligó a una postergación. La única esperanza de que un nuevo acuerdo comande una mayoría en la Cámara este mes depende de algún arreglo que pueda brotar de las negociaciones entre la Primer Ministra y el líder de la oposición, Jeremy Corbyn.

El laborismo busca un acuerdo con algún tipo de unión aduanera, pero Mrs. May siempre se ha opuesto a dicha opción. Ambas partes parecen comprometidas a implementar el resultado del referéndum, pero aún no está claro qué tipo de acuerdo sería y hasta qué punto Mr. Corbyn querrá proveerle un bote salvavidas a Mrs. May. 

El desencanto con los partidos tradicionales – y la baja popularidad de ambos líderes – se tradujo en unos resultados llamativos en las elecciones municipales de este mes. El Partido Conservador sufrió una derrota contundente, perdiendo casi 1300 ediles en todo el país. En circunstancias normales la oposición capitalizaría sobre la debacle del partido de gobierno, pero el laborismo también terminó la noche con menos ediles que al inicio de la misma, sufriendo una caída neta de 63 bancadas. 

Los ganadores fueron las dos agrupaciones con una robusta postura anti-Brexit: el Partido Liberal Demócrata, que intenta ocupar el centro entre el laborismo y los conservadores,ganó 676 ediles, y el Partido Verde vio la mejor votación de su historia, con 186 nuevas bancadas obtenidas.

Pero si la tentación es leer esta votación como un cambio fundamental hacia una postura decididamente anti-Brexit entre el público, uno debería ser más cuidadoso. En primer lugar, estas fueron elecciones municipalessobre temas locales como la basura y el estado de las calles, y no tendrán ningún impacto sobre el manejo del Brexit. También, solamente un tercio del padrón electoral participó en los comicios, problematizando generalizaciones a gran escala. Por último, el votante pro-Brexit frustrado con los conservadores no tenía un partido adoptivo que elegir, por lo que probablemente no votó. De hecho, estas elecciones vieron un alto número de votos anulados (algo extraño en el Reino Unido donde el voto no es obligatorio) con mensajes pro-Brexit.

Si la Cámara de los Comunes no aprueba un acuerdo este mes, entonces su permanencia en la Unión Europea se extenderá hasta el 31 de octubre de este año y deberá participar en las elecciones europeas del 23 de mayo.Elpueblo británicovotaría por representantes para el parlamento europeo a pesar de que en teoría abandonará la UE en algún momento este año.

Estas elecciones tendrán gran valor simbólico en servir como un barómetropara medir las actitudes del público respecto al Brexit tres años después de la votación original. De hecho, el inicio de esta campaña marca la fragmentación profunda del sistema partidario y la locura colectiva que ha tomado posesión de la política británica.

Aparte de los partidos tradicionales, una nueva agrupación fundada por parlamentarios frustrados con el laborismo y conservadurismo, Change UK, se prepara para participar en estas elecciones con la explícita intención de forzar un segundo referéndum. Competirán por el voto Remain con el Partido Verde, el Partido Nacional Escocés y el Partido Liberal Demócrata.

Estos últimos intentarán capitalizar sobre su renacimiento en las elecciones municipales para transformarse nuevamente en la principal alternativa al bipartidismo. En una movida un tanto polémica, el líder del partido, Vince Cable, revelóel slogan de sus folletos para la campaña: “Bollocks to Brexit” (“Bollocks” es una mala palabra quesignifica tanto testículos como basura). Esto ha tenido el extraño efecto de que los canales de noticias no pueden repetir el slogan antes de las nueve de la noche para respetar el horario de protección al menor.

En el polo opuesto, el infatigable Nigel Farage, exlíder de UKIP y figura fundamental en la campaña pro-Leave, fundó semanas atrás el Partido del Brexit, con el único objetivo de participar en estas elecciones europeas. Clamando que las elites han traicionado el resultado del referéndum y que salir sin ningún acuerdo de la UE sería una buena idea, Mr. Farage espera poder captar la gran mayoría de los conservadores Brexiteers. Una encuesta llevada a cabo por el sitio web Conservative Home señala que el 62% de los miembros del Partido Conservador votarán por el Partido del Brexit, contra un mero 23% votando por su propio partido.

El flamante Partido del Brexit deberá competir también contra la agrupación que siempre estuvo embanderada con el Brexit, UKIP. Desde la partida de Mr. Farage en 2016, UKIP se ha visto envuelto en una interminable espiral de crisis, incluyendo un cúmulo de líderes fallidos en pocos años, virulentas disputas internas, un empequeñecimiento drástico de su base electoral y un acercamiento mucho más claro a la extrema derecha al adoptar, por ejemplo, políticas que apuntan específicamente contra los musulmanes.

A tal punto ha llegado la transformación de su antiguo partido que incluso Mr. Farage evita tener cualquier tipo de asociación con dicho grupo. Para dar un ejemplo de este viraje, uno de los candidatos de UKIP para estas elecciones, Mark Meechan, es un Youtuber que saltó a la fama por publicar un video en redes donde entrenó a su perro para que hiciera el saludo Nazi en respuesta a la frase “Seig Heil.” Fue encontrado culpable por crímenes de odio y multado.Otro de los principales candidatosde UKIP para estas elecciones, Carl Benjamin, está siendo investigado por la policía por hacer chistes sobre la posibilidad de violar a la representante laborista, Jess Phillips. 

Uno de los asesores del actual líder de UKIP, Gerard Batten, es Tommy Robinson, otro de los personajes dominantes en esta campaña.Mr. Robinson, exdirigente de la English Defence League (un partido extremista de ultra-derecha) competirá como candidato independiente para ser elegido en mayo. En una extraña sucesión de eventos, dos personas distintas le han arrojado licuados mientras este hacía campaña en las calles.

El auge de los partidos pequeños podrá atentar contra la base Remainer del laborismo y los Leavers que normalmente votarían por los conservadores. La última encuesta realizada por Opinium para el Observer pone al Partido del Brexit liderando con 34%, el laborismo segundo con 21%, seguidos por los Demócratas Liberales con 12% y el Partido Conservador rezagado con 11%.

El Partido del Brexit, cuya raison d'êtrees fustigar a la UE, podría convertirse en la agrupación política que envíe más representantes a Bruselas. En otras palabras, la UE le estaría pagando sueldos jugosos a la misma gente que quiere arruinar el proyecto de integración europea. En menor medida este patrón también se ve reflejado en el resto de Europa, donde se especula que la alianza de partidos populistas de derecha (algunosmuy críticos del proyecto europeo) podrían obtener hasta un tercio de las bancadas.

Con una Primera Ministra que ha perdido cualquier vestigio de autoridad, tanto entre sus colegas parlamentarios como con los votantes, se especula que en caso de que no logre aprobar su acuerdo y que las elecciones europeas sean el desastre que se vaticina, puede que, finalmente, veamos su anticipada renuncia.



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