El Club de Reparadores funciona en Uruguay desde 2016, inspirado en una experiencia que surgió en Buenos Aires un año antes. Desde entonces, se han realizado 19 encuentros de reparación en Montevideo y uno en Atlántida. La última edición en Montevideo se realizó este sábado 30 de octubre en la Plaza de las Pioneras.
Se trata de un movimiento que “promueve la reparación como estrategia de consumo responsable, buscando alargar la vida útil de las cosas, y así combatir la cultura del descarte”.
Es una respuesta a la industria que muchas veces diseña los productos de tal manera que es imposible incluso abrirlos, no aportan manuales ni repuestos. La “excesiva oferta de productos baratos hace que muchas veces reparar un objeto sea más costoso que comprar uno nuevo”.
En cambio, dicen en el Club, “reparar algo lo hace verdaderamente nuestro, resignifica nuestro sentido de posesión de ese objeto”.
Las áreas en las que trabajan son:
- Libros y papel
- Electrónica
- Bazar
- Carpintería
- Costura
- Juguetes
- Bicicletas
- Máquinas de coser
Sofia Khayat coordina el Club de Reparadores desde 2018. En una entrevista con No toquen nada, explicó que buscan “reparar todos los objetos que llegan al club, siempre que sean fácilmente transportables. Nadie va a llegar a la Plaza de las Pioneras con un lavarropas”.
Los reparadores se organizan en mesas según sus conocimientos.
“Esa es una de las cosas que el Club intenta rescatar, que esos saberes tradicionales de reparación no se pierdan, que se vuelvan a valorizar. Que si de repente hoy llevaste un objeto al club y lograste solucionarlo a través del club, mañana cuando de nuevo tengas un objeto roto tengas en cuenta que existen esos reparadores”, explicó Khayat.
“No solo tiene que ver con rescatar los saberes tradicionales de reparación sino también con cómo nos vinculamos con ese objeto y la historia que tiene y el valor que tiene como recurso. Tirar un objeto implica fabricar uno nuevo y desperdiciar recursos que se podrían aprovechar”, agregó.
